En una cita que se prolongó unos 50 minutos, la canciller nipona le transmitió a su colega chino la postura de Japón sobre el incremento de las actividades castrenses de Pekín en el mar de China Oriental, incluida la beligerancia en torno a las disputadas islas Senkaku, administradas por Tokio, según un comunicado de ministerio de Exteriores nipón.
Kamikawa también mencionó la instalación de una boya en alta mar en aguas de una zona económica exclusiva (ZEE) de Japón, que podría convertirse en una nueva fuente de fricción diplomática entre los ya distantes vecinos, y pidió a Wang su retirada inmediata, a pesar de que China asegura que sirve para detectar tsunamis y que no pretende ningún agravio.
La ministra le recriminó además a Pekín la creciente cooperación con Moscú y reiteró la importancia de mantener "la paz y estabilidad" en el estrecho de Taiwán, la isla autogobernada que China califica de provincia rebelde y no descarta invadir, entre otros temas que recoge un comunicado publicado por el Ministerio japonés.
"Tanto Japón como China se encuentran en una situación en la que hay muchas posibilidades y muchas cuestiones difíciles por resolver. Debemos entablar un diálogo multifacético, rítmico y persistente mientras coexistimos como países vecinos y miembros de la comunidad internacional", dijo Kamikawa en el arranque de un encuentro que se produjo en Vientián y que presenció la cadena pública japonesa NHK.
Por su parte, Wang se mostró más conciliador a pedir que ambas partes usen puntos en los que coinciden para promover las relaciones "a fin de superar las dificultades" en un momento "decisivo" en la tensa relación de las principales potencias asiáticas.
"Las dos partes deben encontrarse a mitad de camino, mantener la base política de las relaciones bilaterales, fortalecer la cooperación mutuamente beneficiosa y manejar adecuadamente las diferencias", recoge el comunicado publicado por Pekín.
El encuentro de Kamikawa y Wang se produjo en los márgenes de una reunión de cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en la capital de Laos, en la que la titular de Exteriores japonesa habría mostrado una postura en línea con la exhibida por el primer ministro japonés, Fumio Kishida, con su homólogo chino, Li Qiang, en una cumbre el pasado mayo.
Tokio y Pekín acordaron entonces reiniciar el diálogo entre sus cancilleres y otros altos funcionarios.
Otro de los puntos espinosos a nivel bilateral es el vertido del agua contaminada tratada de la accidentada central nuclear japonesa de Fukushima, que devino un veto por parte de China a la importación de productos del mar capturados en Japón.
Kamikawa pidió hoy a Wang el levantamiento de la medida y ambos se comprometieron a acelerar sus conversaciones al respecto.
Aunque China subraya que se debe establecer “un mecanismo de control internacional a largo plazo” sobre el vertido en el que se garantice la participación de todas las partes y una recogida independiente de muestras.