El comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya, Julio Rubén Fullaondo, citado en la nota, afirmó que tienen la misión constitucional de “velar por la integridad territorial “de su país y eso incluye combatir “el tráfico de drogas y el crimen organizado transnacional”.
“Para hacer frente a esas amenazas emergentes, estamos en proceso de modernización de nuestros medios aéreos y de detección, y pretendemos estar al día en los estándares tecnológicos”, señaló el general del aire.
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De esta forma, según explicó, podrán contribuir “eficazmente para el mantenimiento de la paz y la seguridad regionales e internacionales”.
Embraer es el tercer mayor fabricante de aeronaves del mundo y líder en el mercado de aviones para vuelos regionales comerciales y ejecutivos, pero también actúa en los segmentos agrícola y de defensa. Desde su fundación, en 1969, ha entregado más de 8.000 aeronaves, según datos de la compañía.
El Súper Tucano por dentro
El A-29 Super Tucano está diseñado para “misiones de reconocimiento armado, apoyo aéreo cercano, ataque ligero, entrenamiento avanzado” y “vigilancia de fronteras”.
Este último escenario supone todo un desafío para Paraguay y los países de su entorno, pues la frontera con Brasil es una de las rutas utilizadas por el narcotráfico para transportar droga a Europa y África.
El aparato está equipado “con tecnología punta para la identificación precisa de objetivos, sistemas de armamento y un completo conjunto de comunicaciones” y puede operar “en pistas no pavimentadas” debido a su “robusto fuselaje”, de acuerdo con Embraer.
Embraer tiene hasta ahora una cartera de encargos de 260 unidades de su A-29 Super Tucano, según datos de la empresa.
Por su parte, el vicepresidente comercial para Latinoamérica de Embraer Defensa & Seguridad, Fabio Caparica, dijo estar “honrado por la decisión tomada por la Fuerza Aérea Paraguaya.
“Estamos seguros de que el A-29 responde a las necesidades actuales y futuras de las FAP”, aseguró el ejecutivo.