Esta especie de rana descubierta por investigadores del Inabio y de las universidad Pontificia Católica del Ecuador (PUCE) y San Francisco de Quito (USFQ), fue bautizada como ‘centrolene kutuku’, en honor a la cordillera del Kutukú en la que fue ubicada.
Pese a que las ranas de cristal tienen una diversidad muy alta en las montañas de Ecuador, nunca antes se habían encontrado en la Cordillera del Kutukú, un macizo montañoso subandino antiguo, que se formó millones de años antes que la Cordillera de los Andes.
El Inabio advirtió que “lastimosamente, las concesiones mineras amenazan a esta nueva especie y la localidad donde fue encontrada no se encuentra en zona protegida”.
La rana de cristal del Kutukú habita en los bosques montanos a lo largo de las mesetas de arenisca, en zonas cubiertas de musgos.
“La distribución de la especie es probable que sea mayor dentro de la Cordillera y se requieren más investigaciones para determinar su estado poblacional y riesgo de extinción”, apuntó el Inabio.
La nueva especie se puede reconocer por su brillante color verde con puntos verdes claros, la piel con verrugas abundantes pero pequeñas, y su pequeño tamaño corporal, de hasta 22 milímetros de longitud.
Al igual que otras ranas de cristal, los machos poseen espinas óseas en los brazos, que usan para defender su territorio.
Según los análisis moleculares, la nueva especie se originó hace más de dos millones de años, hacia finales del período geológico conocido como Pleistoceno.
Los investigadores que describieron esta nueva especie, Santiago R. Ron, Dominike García, David Brito-Zapata, Elías Figueroa-Coronel, Carolina Reyes-Puig y Diego F. Cisneros-Heredia realizaron análisis de su anatomía y coloración junto con estudios moleculares para dilucidar las relaciones evolutivas de la Ranita de Cristal del Kutukú.
Estos análisis revelaron que su pariente más cercana es la rana de cristal de Campos, una especie también descrita hace poco tiempo, y que se encuentra al otro lado de los Andes, en la costera provincia de El Oro, en suroccidente de los Andes del Ecuador.
Este patrón evolutivo y de distribución, con especies hermanas en lados opuestos de los Andes, es inusual y se ha reportado en pocas otras especies de anfibios.
La investigación, ublicada en la revista científica internacional ‘Zoosystematics and Evolution’, presenta además nueva información para la rana de cristal del Zarza (centrolene zarza), expandiendo su rango geográfico a lo largo de los Andes del sureste del Ecuador y las cordilleras de Kutukú y Cóndor.
Esto ofrece nueva información sobre su morfología, historia natural y riesgo de extinción. Asimismo, evalúa la presencia de la rana de cristal de Mueller (centrolene muelleri) en Ecuador, previamente conocida solo para Perú, concluyó el Inabio en su comunicado.