Hungría ve "inconcebible" que la ultraderecha europea se reestructure sin Fidesz y Orbán

Budapest, 4 jul (EFE).- El ministro húngaro para Asuntos Europeos, Janos Bóka, dijo este jueves que el aumento de escaños del sector ultraconservador y de extrema derecha del Parlamento Europeo dará lugar a una "reestructuración" de la derecha política europea que "es inconcebible sin una participación activa de Fidesz", el partido del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

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En un encuentro con medios europeos en Budapest para marcar el inicio de la presidencia rotatoria húngara del Consejo de la Unión Europea, Bóka subrayó que el buen papel de estos partidos en las elecciones europeas del pasado mes de junio apunta a un cambio fuera del eje izquierda-derecha, sino entre quienes hicieron campaña por la competitividad y quienes apostaron por el cambio.

"Los partidos a la derecha del Partido Popular Europeo se han reforzado significativamente y esto resultará no sólo en un refuerzo de las plataformas que ya existen, sino una reestructuración completa de la derecha política. El primer ministro Orbán y Fidesz son uno de los pilares de este proceso y cualquier reestructuración es inconcebible sin la participación activa de Fidesz", dijo Bóka.

Orbán es uno de los fundadores del intento de formar un nuevo grupo de ultraderecha en el Parlamento Europeo llamado "Patriotas para Europa" que prevé constituirse el próximo lunes, aunque aún le falta adherir a representantes de siete países para cumplir el mínimo requerido por la Eurocámara; de momento cuentan con Fidesz, el FPÖ austríaco, el ANO checo y el Chega! portugués.

En la Eurocámara existía ya el grupo de ultraderecha Identidad y Democracia (donde se sentaban los eurodiputados de Marine le Pen y Matteo Salvini), que desde ayer no tiene suficientes delegaciones para constituirse y probablemente "desaparecerá" nominalmente, absorbido por el nuevo proyecto.

En el mismo encuentro con la prensa, el portavoz de Orbán, Zoltan Kovacs, instó a "estar alerta" a novedades sobre el grupo en los próximos días. "No es que confiemos en que vayan a cambiar las cosas, es que van a cambiar", aseguró.

Para Bóka, que cree que esta reestructuración de la ultraderecha europea no se hará en una sola fase, "en un mundo ideal" los cambios deberían reflejarse también en los puestos de poder en la Unión Europea y dentro del Parlamento Europeo, donde Orbán dijo que aspira a establecerse como el tercer mayor grupo (puesto que ahora ocupan los ultraconservadores).

Kovacs, por su parte, dijo que la intención de la presidencia húngara del Consejo de la Unión Europea es "dejar huella" y aseguró que su presidencia se centrará en promover la paz en Ucrania mientras mantienen su política de no apoyar a Kiev militar o financieramente, el freno a la inmigración ilegal, dar respuesta al reto demográfico que afronta Europa y el impulso a la competitividad.

"Ser un mediador honesto (durante la presidencia) no significa renunciar a nuestras propias posiciones. Queremos buscar compromisos, los vetos son la expresión de que no hay consenso y no se pueden ignorar", incidió el portavoz de Gobierno húngaro, que aseguró que no van a cambiar sus políticas "por las críticas en la prensa o las acusaciones políticas".

Hungría, cuyo gobierno es un referente para la ultraderecha internacional, funciona desde hace años en tensión constante con las instituciones europeas por su deriva iliberal y sus problemas con la independencia judicial o los derechos de la comunidad LGTBIQ+, entre otros asuntos, motivos por los cuales Bruselas le ha abierto varios expedientes y le ha congelado fondos vinculados al cumplimiento de los valores mínimos de la Unión Europea.

"Hemos hecho todo lo que se nos ha pedido, esto es puro chantaje", acusó Kovacs, que se mostró convencido de que condicionar los desembolsos al cumplimiento de valores europeos es un instrumento político contra "los gobiernos que no siguen la narrativa política monolítica que sugieren las instituciones europeas".

"Hungría seguirá hablando de este asunto con la Comisión Europea de manera constructiva y nuestro objetivo sigue siendo desbloquear todo el dinero que está congelado", dijo por su parte Bóka.

Ambos ministros negaron que en su país exista una crisis del Estado de derecho, que haya discriminación a la comunidad LGTBIQ+ o que su legislación para endurecer la ya existente prohibición de financiación extranjera en campañas políticas coarte a organizaciones como Transparencia Internacional.

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