Según la historia bíblica, Goliat es el ‘fuerte y grande’, igual que el gallo pinto en las peleas, que Maduro presume ser, mientras que David es el ‘débil’, como los patarucos (gallos que no sirven para la pelea, cobardes), insulto con el que el mandatario se refiere de manera recurrente a sus adversarios electorales.
Por primera vez, Maduro se identifica con el 'pequeño' que -asegura- podrá con el 'grande', del que, habitualmente, habla de forma despectiva y desafiante.
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"Traigo la onda de David contra Goliat, no podrá Goliat contra nosotros. Soy David, soy del pueblo, soy la victoria revolucionaria", manifestó el mandatario en un acto en el estado Anzoátegui, donde, en su discurso contradictorio, a la vez, se volvió a definir como el gallo pinto.
La historia de David contra Goliat habla de la victoria del débil y pequeño -que según describió este sábado Maduro, es el mismo- contra el grande, es decir, el candidato opositor, cuyo nombre omitió, como acostumbra a hacer en sus actividades proselitistas.
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La peculiar metáfora mundialmente conocida deja sobre la mesa la duda de si el mandatario se considera, realmente, el gallo más "pinto" y "fino" del corral que presume ser a diario, o el pequeño y débil David, que, a pesar de todo, vence a Goliat.
En cualquier caso, Maduro se ve vencedor, pese a reconocer, por primera vez, que tiene enfrente a un Goliat, muy distinto a la figura débil y sin energía que ha venido describiendo en las últimas semanas.