“La revisión independiente ordenada por el secretario general de la ONU Antonio Guterres (...) ha mostrado que la acusación de que algunos de los empleados tenían vínculos con ‘organizaciones terroristas’ sigue sin tener fundamento”, indicaron los relatores y expertos en un comunicado conjunto.
En un primer momento, una veintena de países congelaron sus contribuciones a la UNRWA hasta el esclarecimiento de la situación, para lo cual se abrió una investigación internacional independiente que concluyó que Israel no aportó pruebas de sus graves acusaciones.
Actualmente, Estados Unidos, Reino Unido, Rumanía y Austria mantienen bloqueados los fondos previstos para la organización, mientras que se está en negociaciones con Italia para la reanudación parcial de la financiación.
El texto lamentó que UNRWA, la principal agencia humanitaria que actualmente opera en la asediada Gaza, y que ha perdido 189 trabajadores en bombardeos israelíes, "ha vuelto a ser señalada con fines políticos en momentos críticos".
Otras agencias humanitarias y algunos de los expertos de la ONU, incluidos firmantes del comunicado, también han sido en los últimos meses víctimas de ataques verbales en los que se puso en duda su integridad e imparcialidad, denunciaron.
Entre los firmantes del comunicado se incluyen la relatora de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, y sus homólogas para los derechos de los desplazados (Paula Gaviria) de las mujeres (Reem Alsalem) y de los defensores de los derechos humanos (Mary Lawlor).