Francisco Oneto, el nuevo abogado de Thomsen, reveló en una entrevista para TN que su cliente siente que su representación durante el juicio no fue la más adecuada. Thomsen, quien experimenta una profunda preocupación por su situación, ve en su nueva defensa legal una luz de esperanza. Oneto planea visitar a Thomsen en la Alcaidía N° 1 de Melchor Romero para discutir los aspectos claves de su futura declaración, la cual se centrará en los eventos dentro del establecimiento Le Brique y el rol de Thomsen en los hechos de aquella trágica noche.
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Estrategias en la defensa y cambios en el fallo de casación
La defensa de Thomsen argumentará en contra de la intencionalidad homicida y la premeditación, dos puntos cruciales en su condena. Oneto critica el fallo de la Cámara de Casación por considerar que infringe la dificultad para individualizar al responsable en casos de homicidio colectivo, un factor tradicionalmente visto como una limitación para determinar dolo. Oneto confía en que el comportamiento de Thomsen no implicaba una intención de causar la muerte, aludiendo a la frecuencia con la que el grupo se involucraba en peleas sin consecuencias fatales.
Además, Oneto destacó la ausencia de premeditación, citando que las circunstancias no permitían un comportamiento calculado por parte de Thomsen y sus compañeros. Este argumento se apoya en testimonios de conocidos del grupo, quienes compararon la violencia de la fatídica noche con altercados anteriores sin desenlaces mortales.
Por otro lado, la revisión del fallo por parte de la Cámara de Casación trajo un cambio significativo: aunque se mantuvo la idea de premeditación, se eliminó el agravante por alevosía, ya que se consideró que las pruebas no cumplían con los requisitos técnicos necesarios para sostener dicha calificación. Este ajuste no afectó la condena a perpetua, puesto que la ley prevé la misma pena tanto para el homicidio agravado por premeditación como por alevosía.
La decisión de Casación ha dejado una ventana abierta para la defensa de Thomsen, que procura demostrar que su cliente no tuvo la intención de cometer un homicidio, una tarea desafiante que requiere de una argumentación detallada y persuasiva ante la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires.