La reunión, en el palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, duró más de una hora y, en ella, estaba previsto que trataran diversos asuntos, entre los que figuran la situación de Venezuela, los conflictos en Ucrania y en Oriente Medio y el propio grupo que reúne a las mayores economías del mundo.
También la crisis diplomática en la que están inmersos Brasil e Israel, después de una polémica comparación hecha por Lula entre la ofensiva israelí en Gaza y el Holocausto, y una dura reacción de Tel Aviv, que declaró al mandatario brasileño como "persona non grata".
La prensa tuvo acceso brevemente al encuentro, donde Blinken y Lula, sentados alrededor de una mesa, conversaban sobre el proceso de primarias y las elecciones presidenciales del próximo noviembre en Estados Unidos.
El jefe de la diplomacia estadounidense explicó al mandatario brasileño que "queda un largo camino por delante", que su país está "polarizado" y que el resultado de las elecciones, en las que el actual presidente, Joe Biden, busca su reelección, se decidirá en un puñado de estados, entre ellos Míchigan y Wisconsin.
Ni Lula ni Blinken comparecieron en rueda de prensa al terminar el encuentro.
Mientras abandonaba el palacio, el secretario de Estado fue preguntado por un grupo de periodistas sobre el resultado de la reunión y respondió que fue "un gran encuentro" pero no confirmó si abordaron el tema de Gaza ni la crisis diplomática entre Israel y Brasil.
Tras esta cita, Blinken viaja hacia Río de Janeiro, ciudad que acoge la reunión ministerial del G20, la primera de alto nivel con Brasil en la presidencia anual de esa organización.
En Río de Janeiro, Blinken coincidirá con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, quien llegará a la cita del G20 tras sendas visitas a Cuba y Venezuela.
El jueves, cuando concluya el encuentro ministerial, Blinken partirá hacia Buenos Aires, donde el viernes será recibido por el presidente argentino, Javier Milei.