La muerte de Amini, de 22 años de edad, tras ser detenida por la Policía de la moral por no llevar bien puesto el velo islámico, el 16 de septiembre de 2022 provocó unas protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos y al menos 22.000 detenidos.
Un año después Irán amaneció blindado, con un enorme presencia policial en las calles de ciudades como Teherán, donde en algunas zonas había grupos de agentes antidisturbios cada pocos metros, y efectivos policiales en moto recorrían la urbe.
En la intersección de Parkway, en el norte de la capital, había al menos medio centenar de antidisturbios, una escena que se repetía cada pocos cientos de metros hasta la popular plaza Tajrish, donde también se contaban grupos de policías fuertemente armados.
Así, a lo largo de la jornada apenas se produjeron incidentes esporádicos en algunos puntos del país, según activistas.
En la víspera, se escucharon algunos los gritos desde las ventanas de los edificios contra el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, y entonaron el lema de las protestas "mujer, vida, libertad".
FAMILIA DE AMINI
En Saqez, la ciudad natal de Amini, situada en el Kurdistán iraní, se llegó a desplegar hace días a fuerzas de la Guardia Revolucionaria para evitar protestas, según activistas.
Allí, las autoridades impidieron que la familia de Amini celebrase una ceremonia en el cementerio Aichi, donde está enterrada y donde ondearon los primeros velos y se gritaron los primeros “mujer, vida y libertad” durante su entierro.
“Amjad Amini está bajo arresto domiciliario”, informó la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights (IHR), en referencia al padre de la joven, fallecida a los 22 años.
“Las fuerzas de seguridad le impiden que visite la tumba de su hija Jina Mahsa Amini en el aniversario de su asesinato”, añadió la organización opositora al Gobierno de Irán.
Por la mañana, el padre de Amini fue detenido durante unas horas para advertirle de que no conmemore el primer aniversario de la muerte de su hija, denunció IHR.
La agencia oficial iraní negó la detención de Amjad Amini y afirmó que las noticias sobre su arresto tienen como objetivo “incitar a la población a protestar”.
IRNA además informó de que el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, se reunió en la víspera con familiares de miembros de las fuerzas de seguridad que murieron en las protestas, entre ellos dos efectivos de la milicia islámica de los basiji.
La muerte de los dos milicianos fue atribuida al joven Majid Reza Rahnavard, quien fue condenado a muerte y ahorcado en público en diciembre, uno de los siete manifestantes ejecutados por participar en las protestas.
Ante el aniversario de la muerte de la joven, las autoridades intensificaron la represión en las semanas previas con la detención de activistas y periodistas, además del cierre de medios de comunicación.
Docenas de familiares de fallecidos en las manifestaciones han sufrido detenciones arbitrarias, restricciones a la celebración de reuniones pacíficas en los lugares donde se encuentran las tumbas y la destrucción de lápidas, denunció Amnistía Internacional.
ACUSACIONES A OCCIDENTE
El Gobierno de Irán acusó una vez más a los países occidentales de tratar de provocar la sedición en su territorio con el anuncio de nuevas sanciones y las llamadas a acabar con la discriminación de las mujeres por el aniversario.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, afirmó que las últimas sanciones a su país y las muestras de apoyo a las iraníes son “un intento desesperado para crear sedición en la República Islámica de Irán”.