Rescatan a mujeres paraguayas de un sótano, víctimas de explotación sexual en España

La Policía Nacional de España recató a 12 víctimas de trata de personas de un sótano de Leganés y un departamento de la zona de Móstoles. Las mismas eran obligadas a prostituirse las 24 horas al día, a vender y consumir drogas y hasta les cobraban multas por no hacer lo que les decían.

Imagen ilustrativa de trata de personas.Shutterstock
audima

En total, 12 mujeres víctimas de trata de personas y explotación sexual fueron rescatadas de un sótano de Leganés y un departamento en Móstoles, por la Policía de España, además de capturar a 22 personas que integraban la red que las prostituía y drogaba. El operativo se realizó el 13 de junio último.

Los agentes llegaron hasta el lugar luego de que una persona enviará información al correo electrónico trata@policia.es. Se desconoce si era un cliente o una víctima, sin embargo, la misma aportó datos acerca de una casa unifamiliar en la avenida Reina Sofía, cerca de la estación de Renfe de Zarzaquemada, donde se esclavizaba a jóvenes inmigrantes, entre ellas varias paraguayas.

El informante afirmó que una de las mujeres estaba dispuesta a suicidarse, por su situación extrema, según explicó al medio español ABC el jefe del grupo de investigación.

Mujeres estaban en condiciones infrahumanas

Según los medios españoles, casi todas las mujeres rescatadas proceden de Paraguay, Colombia y Perú, interesadas por ofertas de ‘empleo’ como supuestas ‘scorts’ (acompañantes de lujo).

Según fuentes policiales, las mujeres llegaban hasta España como turistas, pero no siendo engañadas, considerando que tenían incursiones laborales en otros campos, pero, al quedarse sin trabajo, picaban en las ofertas de esas páginas web. Tras ser capturadas, no les dejaban elegir a sus clientes. Las obligaban a vender droga y a consumirla, hasta el punto de que algunas quedaron adictas a la cocaína.

El chalé de Leganés cuenta de cuatro pisos, de los cuales en el inferior el salón funcionaba como sala de espera y recibidor de los clientes. El segundo piso tiene cuatro habitaciones donde se practicaba sexo, arriba del mismo contaban con un ático totalmente sucio.

Lo peor estaba en el sótano, en el cual los proxenetas habilitaron tres habitaciones que, en realidad, parecían basureros, sin ventanas ni ninguna entrada de aire natural, en el que alojaban a las esclavas, encerradas y controladas con cámaras de videovigilancia y bajo la mirada escrutadora de otras mujeres del clan. Dormían en camastros y en literas en dos de los tres cuartos. Es decir, que podían juntarse hasta diez víctimas en cada habitáculo, corroídos por la humedad.

Red transnacional de trata

La red la dirigía un portugués, junto a su pareja, una paraguaya, y otros paraguayos y colombianos. Las ‘madames’ eran sus parejas.

Hasta el momento, hay 12 detenidos de la red, más otros 10 que facilitaban la droga. El día de los arrestos, al llegar al piso de Móstoles, una de las mujeres se intentó tirar por la ventana, desde un quinto piso. Ya estaba con medio cuerpo fuera cuando un agente evitó el suicidio, agarrándola por los pies. La misma terminó en un hospital psiquiátrico.

Las mujeres además eran obligadas a limpiar el lugar, y si no lo hacían, las multaban con 20 euros por día. De 60 euros por servicio, solo se quedaban 15, y eso si no les caía alguna sanción. Y si se negaban a irse con alguien, les quitaban la clientela. Eso suponía que sus hijos y familia no podían recibir ni un euro para comer en sus países. Algunas de ellas trabajaban exclusivamente para pagar su adicción a la cocaína y otras drogas.

Según los investigadores, estiman que sacaban un aproximado de 3.000 euros diarios con la explotación sexual de estas mujeres, a quienes además mantenían en condiciones infrahumanas.

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