La primera sesión de la comisión fue caldeada, con constantes cruces de descalificaciones, y dio el tono de lo que será una investigación de un acentuado y polarizado talante político, que deberá concluir en un plazo de 180 días y esclarecer el violento asalto a los tres poderes de la Nación ocurrido cuando Lula tenía solo ocho días en el poder.
La intención de la oposición ultraconservadora, que respalda al expresidente Jair Bolsonaro, era que esa comisión “demuestre” que el Gobierno de Lula fue “omiso” frente a la acción de los golpistas y facilitó de alguna forma los desmanes a fin de generar una ola de “solidaridad” con el líder progresista.
Sin embargo, la investigación judicial, ya mucho más adelantada, no ha encontrado hasta ahora un solo indicio en ese sentido y, por el contrario, hasta tiene entre los sospechosos de haber incitado el movimiento golpista al propio Bolsonaro.
De hecho, las cerca de 2.000 personas detenidas por el asalto a los tres poderes de la Nación están alineadas en la ultraderecha más radical, que al igual que Bolsonaro no reconoció en su momento la victoria del líder progresista en las elecciones de octubre.
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El oficialismo, reticente en principio a la apertura de la comisión, luego la apoyó con la convicción de que “desmontará las mentiras” del bolsonarismo, que “acusa” del golpe a “la víctima”, que fue “la democracia brasileña”, dijo este jueves el diputado Rogerio Correia, del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT).
Según Correia, la comisión deberá “llegar al autor intelectual” de la asonada, sobre el cual dijo no tener dudas: “O fue Jair o fue Bolsonaro”.
32 MIEMBROS Y MAYORÍA OFICIALISTA
La comisión está integrada por 16 senadores y 16 diputados, con una clara mayoría del oficialismo.
El bolsonarismo cuenta con nueve miembros, entre los que figura el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario; quince son del oficialismo y otros ocho se dicen independientes, aunque han sido nombrados por formaciones que apoyan al Gobierno.
La fuerza oficialista se impuso ya en la primera sesión, en la que fue designada la directiva de la comisión, que dirigirá el rumbo de la investigación parlamentaria.
Como presidente fue nombrado Arthur Maia, diputado del partido de centroderecha Unión Brasil, que tiene tres ministros en el Gobierno.
La primera vicepresidencia será ocupada por el senador Cid Gomes, de un partido laborista que integra la coalición oficialista, y para la segunda fue designado el senador bolsonarista Magno Malta.
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La instructora del proceso, que redactará el informe final de la comisión, será la senadora Eliziane Gama, también de centroderecha y quien participó activamente en la campaña de Lula.
Pese a las críticas del bolsonarismo a su nombramiento, Gama se comprometió a presentar la semana próxima “un plan de trabajo”, el cual aseguró que “representará a la mayoría de la comisión, pero sin dejar de escuchar a la minoría”.