Hace dos semanas, China lanzó tres días de ejercicios militares alrededor de esta isla de gobierno democrático autónomo en respuesta a la reunión entre la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
“Recientemente, ha habido alguna retórica absurda acusando a China (...) de cambiar unilateralmente el statu quo en el estrecho de Taiwán a través de la fuerza o la coerción y de perturbar la paz y la estabilidad” en la zona, dijo el ministro en un foro en Shanghái.
“Tales declaraciones van contra el sentido común de las relaciones internacionales y la justicia histórica”, afirmó. “La lógica es absurda y tendrá peligrosas consecuencias”, agregó.
China considera Taiwán como parte de su territorio y aboga por recuperar el control sobre la isla en un futuro, incluso por la fuerza si es necesario.
“La cuestión de Taiwán está en el centro de los intereses fundamentales de China”, dijo su jefe de la diplomacia.
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“Nunca haremos concesiones ante los actos que socaven la soberanía y la seguridad de China. Los que juegan con fuego en Taiwán acabarán quemándose”, agregó.
En su discurso, Qin ensalzó las intenciones pacíficas de China y puso de relieve su papel en la reconciliación de Arabia Saudita e Irán o su voluntad de ejercer una mediación en la guerra en Ucrania, que no ha condenado.
“China no añade leña al fuego o toma ventaja de la situación” , dijo. “Los hechos prueban que la marcha de China hacia la modernización es una fuerza creciente de paz y justicia” , agregó.