Busan acelera a ritmo de BTS para tratar de organizar la Expo 2030

Busan (Corea del Sur) 2 abr (EFE).- Símbolo del desarrollo de Corea del Sur y futuro hogar de la primera urbanización flotante del mundo, la ciudad de Busan acelera estos días sus preparativos a ritmo de BTS para tratar de acoger la Expo 2030.

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Marzo ha sido clave para acicalar la ciudad y ultimar hasta el último detalle antes de que los delegados de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) visiten Busan a partir de este lunes.

Esta inspección sobre el terreno, que durará cinco días, será capital para decidir entre la localidad surcoreana y las otras tres candidatas, Roma, Riad y Odesa, elección que se conocerá en noviembre.

Al igual que la candidata ucraniana, Busan no es capital del Estado, un factor que la candidatura surcoreana cree que puede tener peso y que es clave en su estrategia sobre lo que puede suponer para la urbe y para todo el país hacerse con el evento.

"La Expo nos dará una rueda extra. Ahora mismo Corea solo tiene una rueda, Seúl. Pero no hay país que haya mantenido un crecimiento sostenible con solo una rueda. Corea necesita otra para impulsar su creatividad, su industria o sus finanzas", explica el alcalde de Busan, Park Heong-joon, durante una reciente visita a la ciudad para la prensa extranjera.

La Expo puede ser clave para que Busan, segunda ciudad del país con una población de unos 3,5 millones contando municipios circundantes, se convierta en un contrapeso a la región de Seúl, que ha aglutinado inversión y crecimiento desde los sesenta y donde hoy viven 26 millones, más de la mitad de los surcoreanos, lo que genera un tremendo desequilibrio entre regiones.

El Gobierno central apuesta por este escenario y ha convertido la candidatura en un asunto de Estado y emprendido una enorme campaña diplomática para sumar apoyos.

De hecho, los funcionarios surcoreanos han recorrido casi 2 millones de kilómetros -lo que prácticamente equivale a 50 vueltas al mundo- para promocionar la urbe ente junio de 2022 y el pasado febrero, subrayan desde la candidatura.

Un perfecto ejemplo de este esfuerzo compartido entre el Ejecutivo de Yoon Suk-yeol y el Gobierno municipal es que el primer ministro, Han Duck-soo, se unió a la comitiva de periodistas y al alcalde Park para ver de primera mano los principales encantos turísticos de Busan.

A bordo de la nueva flota de autobuses urbanos de hidrógeno (la ciudad tendrá 720 nuevos autocares de este tipo de aquí al año que viene), Park y Han visitaron la playa urbana de Haeundae, hasta los setenta una aislada pedanía de pescadores que hoy, cuajada de rascacielos y un vistoso paseo marítimo, es uno de los símbolos del desarrollo económico del país.

También acudieron a Gamcheon, vecindario encaramado sobre la montaña que permanece ajeno a la modernización urbanística y que es famoso por las coloridas fachadas de sus casas o los murales dedicados a la banda BTS, cuya música resuena para promocionar la Expo en cada rincón de esta ciudad que vio nacer a dos de sus miembros, Jimin y Jungkook.

Con el estallido de la Guerra de Corea, Busan se convirtió durante los primeros meses del conflicto en el último reducto que resistió la acometida norcoreana y recibió más de un millón de refugiados que huían de las tropas de Kim Il-sung, muchos de los cuales acabaron convirtiendo Gamcheon en su hogar, recuerda Park mientras charla con los vecinos y se hace fotos con ellos junto al primer ministro.

Independientemente de que la ciudad se haga o no con la Expo el proceso para transformarla en cuanto a infraestructura y habitabilidad ya no tiene marcha atrás.

La construcción del nuevo aeropuerto internacional, que estará completado en 2030, se realizará en la isla de Gadeok, al suroeste del centro urbano, tal y como confirmó a Efe el propio alcalde Park.

Gadeok es también el lugar al que se trasladará el principal puerto de carga de Busan, uno de los mayores del mundo por volumen de contenedores.

La mudanza dejará un espacio libre de más de un millón de metros cuadrados en la bahía central de la ciudad.

Ese área acogería la Expo y permitiría la reinvención de la ciudad con espacios verdes, residenciales y culturales y la mirada puesta en uno de los desafíos en los que precisamente se centra la candidatura: el cambio climático.

Pase lo que pase con la Expo 2030 esa nueva bahía central será el lugar que acogerá un proyecto desarrollado junto al Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, el primer prototipo de urbe flotante del mundo, una "smart city" concebida para resistir a la subida del nivel del mar.

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