El embajador de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, añadió que lo que su país llama “operación especial” -pues ha prohibido la palabra “guerra”- cesará cuando considere garantizado que en Ucrania ya no se practica “el genocidio y la discriminación de los rusohablantes” en el este de su territorio, aunque no dijo en ningún momento que piensa retirarse de esas regiones.
E incluyó además otras condiciones para cesar la guerra: “Resolver ese conflicto es inseparable de la cuestión de la seguridad europea, que parece funcionar solo para los países occidentales”, y criticó concretamente la concepción occidental de que la OTAN “tiene un derecho absoluto a ampliarse sin control”.
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Con todas esas premisas, Nebenzia afirmó: "Estamos listos para negociar, pero no vamos a considerar cualquier mecanismo"; y además dijo observar que "Occidente no parece estar interesado en acabar con las hostilidades", ya sea para dar salida a su producción de armas o, en el caso de Washington, para debilitar de paso a su supuesto socio europeo.
Nebenzia se refirió muy brevemente a la iniciativa china presentada hoy en Pekín para cesar la guerra y dijo que su país "da la bienvenida a la propuesta china", pero inmediatamente añadió que "la palabra la tiene ahora Occidente", y más precisamente Washington.
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Tras Nebenzia, tomó la palabra el representante chino, Dai Bing, del que se esperaba que diera alguna otra precisión sobre esa propuesta de paz de su país, pero no lo hizo; más bien repitió las tesis escuchadas en el Consejo durante meses de que mantienen una postura "imparcial, objetiva y constructiva".
Pero de inmediato pasó a criticar de manera velada o directa las políticas occidentales en Rusia: dijo que hay países que “defienden la integridad territorial pero solo en Ucrania (alusión velada a EEUU y Taiwán), afirmó que la expansión de los bloques militares (en referencia a la OTAN) es una amenaza contra la seguridad y condenó las “sanciones abusivas” que están castigando a unos países en desarrollo sin intereses en este conflicto.