Para el mandatario brasileño, el hecho de que el líder ultraderechista se hubiera mantenido en silencio tras la derrota en los comicios presidenciales, que se hubiera ido a Miami y el silencio que mantuvo después de los ataques le dieron la "impresión de que sabía todo lo que estaba pasando".
"Quedé con la impresión de que era el comienzo de un golpe de Estado y que estaban acatando órdenes que Bolsonaro había mandado hacía tiempo", aseguró el mandatario.
"Posiblemente Bolsonaro estaba esperando volver a Brasil en la gloria de un golpe", agregó.
En la entrevista Lula pidió que todos los responsables sean investigados y señaló el respeto al principio de presunción de inocencia será preservado durante las indagaciones.
Asimismo, Lula insistió en que todos los que participaron "tienen que ser condenados" porque de lo contrario "no se puede garantizar la democracia".
El 8 de enero, miles de radicales bolsonaristas atacaron las sedes del Congreso, la Corte Suprema y la Presidencia en un intento de derrocar el Gobierno de Lula, dejando un manto de destrucción a su paso.
Por los vandálicos ataques a las tres sedes del poder se han abierto al menos siete investigaciones y más de 1.800 personas han sido detenidas, aunque una tercera parte fue liberada por "asuntos humanitarios" y puede responder en libertad por el proceso.
Entre los investigados, la corte incluyó al expresidente Bolsonaro, por su presunta participación como autor intelectual de la intentona golpista, y su último ministro de Justicia, Anderson Torres, quien estaba a cargo de la seguridad de Brasilia en el momento de la intentona golpista, fue detenido el sábado pasado.