El papa Francisco bautiza a 13 niños en la capilla Sixtina

CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco destacó hoy la importancia del bautismo, un sacramento que debe ser celebrado “como un nuevo cumpleaños” porque supone el “renacer a la vida cristiana”, durante la ceremonia en la que bautizó a 13 niños que sorprendentemente, apenas lloraron en la Capilla Sixtina.

El Papa Francisco reiteró la importancia del bautismo.105832+0000 HANDOUT
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Esta ceremonia, cargada de ritos, rememora el bautizo de Jesús en las aguas del río Jordán y es una de los pocas que tienen lugar en la Capilla Sixtina del Vaticano, bajo los frescos de Miguel Angel y donde se celebran los cónclaves para elegir al papa.

El pontífice mostró su gratitud a los padres de los bautizados, empleados del Estado Vaticano, por hacerlos “entrar en la Iglesia” y les pidió que celebren esta fecha “como un nuevo cumpleaños” para que los niños “agradezcan la gracia de ser cristianos”.

“Estos niños comienzan un camino, a vosotros os corresponde ayudarles a andar hacia adelante”, dijo Francisco en una breve homilía que pronunció de manera improvisada y en la que se dirigió especialmente a los padres y padrinos de los pequeños. A ellos -destacó- les corresponde “que los niños aprendan a rezar porque será lo que les dé fuerza durante toda la vida, en los buenos y en los malos momentos”, sobre todo a la Virgen, “que es nuestra madre” y “la madre siempre está más cerca que el padre, es así”.

El papa también quiso tranquilizar a los padres para que no se preocuparan si los pequeños, 8 niñas y 5 niños, estaban incómodos ante una ceremonia larga y en un ambiente que no les es habitual, por lo que les pidió que hicieran todo lo posible para que se sintieran bien.

“Si lloran de hambre dadles el pecho con libertad, lo importante es que hoy sea una fiesta (...) festejamos el inicio del camino”, dijo a las madres animándolas a amamantar a sus bebés en caso necesario.

Capilla Sixtina del Vaticano.

Durante la ceremonia, que comenzó con la señal de la cruz realizada por el papa a los bebés, estos recibieron la unción en el pecho por parte de los dos concelebrantes: el limosnero apostólico, el cardenal polaco Konrad Krajewski, y el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el obispo español Fernando Vérgez.

Luego tuvo lugar la administración del bautismo, cuando se derrama el agua sobre la cabeza de los pequeños, que también fue realizada personalmente por el papa en la pila bautismal mientras los pequeños, curiosamente y algo poco habitual, se mantuvieron en silencio.

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