Pristina condiciona el permiso a que el líder religioso condene los "actos de violencia" en el bloqueo de carreteras por parte de serbokosovares en el norte de Kosovo.
El patriarca tenía planes de estar en Kosovo entre este lunes y miércoles para visitar a creyentes y monasterios e iglesias ortodoxas serbias, muchos de ellos medievales, entre ellos la sede del antiguo Patriarcado ortodoxo en Pec.
Para permitirle la entrada, el gobierno kosovar exigió que la Iglesia Ortodoxa Serbia condene a sus miembros que "entraron de forma ilegal en Kosovo para apoyar a grupos criminales en el norte, responsables de las barricadas allá instaladas", y mencionó el nombre de un sacerdote, informó el portal kosovar Kossev.
Belgrado y los líderes de los serbios kosovares condenaron la prohibición de hoy como "vergonzosa".
Porfirije, considerado pacífico y tolerante, es conocido por sus llamamientos por la paz y reconciliación de serbios y albaneses de Kosovo.
La prohibición tiene lugar en medio de las nuevas tensiones entre Pristina y Belgrado, y el bloqueo de carreteras del norte de Kosovo por parte de la población serbia local, en protesta por lo que consideran la discriminación por parte de las autoridades kosovares.
Una frágil situación de la seguridad reina en la región desde el pasado día 10, cuando fueron instaladas las barricadas de camiones y otros vehículos.
La comunidad internacional exige a los serbios que retiren el bloqueo, del que Pristina acusa a "bandas criminales instruidas por Belgrado".
Tras la represión política y militar sufrida a manos de Serbia en los años 90, los albanokosovares declararon en 2008 la independencia de Kosovo, que Belgrado no reconoce.