Arrate, que fue ministro en el gabinete de Salvador Allende, depuesto a sangre y fuego por el Ejército, y Pey, sobrina del dueño de El Clarín, el diario con mayor circulación en la época, depositaron la misiva en la sala de registros del Palacio de La Moneda, situada al lado de donde el expresidente socialista se suicidó aquel fatídico día.
El documento lleva la firma de más de 1.200 personas y pide, asimismo, al mandatario chileno que se cumplan los tratados de protección de inversiones suscritos por Chile y España, bajo los que se encuentra El Clarín, diario que Víctor Pey, un exiliado republicano español, compró tras la elección de Allende.
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El 11 de septiembre de 1973, al mismo tiempo que los tanques se dirigían a La Moneda, unidades del Ejército entraron en la sede del diario y se apropiaron del edificio, las máquinas y las rotativas recién compradas, que todavía se encuentran bajo propiedad del Ejercito chileno.
“Esperamos que el presidente, que es un hombre de mucha sensibilidad frente a los temas de derechos humanos, de derechos conculcados, y de también de los medios de comunicación considere esto como una oportunidad”, explicó a EFE Arrate.
“No solo para hacer justicia, si no también para permitir que en Chile esta fundación constituya un periódico, que no sea un periódico partidista, ni de un sector, ni de un grupo para que en Chile exista un medio de comunicación plural donde todos los chilenos pueden expresarse y no como los que hay ahora, partidistas”, agregó.
Reparación democrática
En la misma línea se expresó a las puertas de La Moneda Roxanna Pey, quien insistió en que más allá de la justicia económica, se trata de una reparación para la democracia chilena.
“Una situación que obligó a los dueños de El Clarín a recurrir a los tratados internacionales, a las cortes internacionales, para buscar justicia económica pero también para reeditar el diario El Clarín. Es una deuda que se tiene con Chile, con la democracia chilena. No hay verdadera y plena democracia si no hay prensa libre”, advierte Pey.
La sobrina del dueño de El Clarín, quien fue íntimo amigo de Pablo Neruda, recuerda que ninguno de los Gobiernos democráticos que ha tenido Chile tras la cruenta dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) ha querido hacerse cargo de la reclamación puesta por su propio tío y la Fundación Salvador Allende de España.
Y que ha sido esa negativa, “azuzada por medios influyentes de la derecha chilena como El Mercurio, que fue portavoz de la dictadura”, según dijo a EFE uno de los periodistas que trabajan en una web con el mismo nombre que este diario, la que obligó a litigar en instancias internacionales, que les han concedido la razón.
CIADI exhortó a Chile
“Esto, hay que decirlo, fue intencional, fue una decisión explícita la de no devolver este medio a sus dueños. Así como muchas otras cosas que no se han hecho en este país, en esta democracia incompleta”, expuso.
“Se dice que estamos terminando la transición, hacia una democracia plena, y para eso necesitamos prensa libre”, concluyó.
En 2020, y en una decisión definitiva, el Tribunal Internacional de arbitraje y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones CIADI exhortó a Chile a que indemnice a los Demandantes con cerca de 500 millones de euros.
Además de restablecer la legalidad y reparar los daños causados por el régimen militar habida cuenta de la “invalidez de las confiscaciones”.