La muestra “En busca del tiempo judío de Proust”, que se inaugura este jueves en el Centro Sefarad-Israel de la capital española y podrá visitarse hasta el próximo 30 de diciembre de manera gratuita, está formada por cuatro salas en las que se puede conocer el impacto de la cultura judía en la vida y obra del autor.
A lo largo de estas salas los visitantes podrán acercarse a la figura del autor, conocido por su novela autobiográfica "En busca del tiempo perdido", así como a los personajes judíos de sus obras y también a personalidades españolas que se relacionaron con el francés.
En ellas encontrarán objetos de la época del autor, así como varias pinturas contemporáneas realizadas a propósito de la exposición, en la que los artistas reinterpretan la obra y la personalidad del escritor.
"Hemos decidido conmemorar los cien años de la muerte de Proust, uno de los genios universales del siglo XX, un escritor prolífico, que dedicó doce años a la redacción de 'En busca del tiempo perdido', donde se ve reflejado el peso del judaísmo en su obra", explica a EFE el director del Centro Sefarad-Israel, Jaime Moreno.
Según recuerda Moreno, el escritor introdujo varios personajes judíos en esta obra, algo que puede verse en la exposición, e incluso "se permitió la ironía de hablar de sus personajes a través del antisemitismo".
LOS SECRETOS DE PROUST
La profesora y comisaria de la exposición, Brigitte Leguen, destacó que los secretos y la necesidad de ocultar parte de su identidad marcaron la vida del novelista, quien, a través de sus personajes, "se declaró también homosexual".
"Mucha gente no conoce esta parte, Proust tiene un doble problema identitario, porque es homosexual y judío, y los dos lados estuvieron ocultos durante mucho tiempo, se declaró en la parte judía y a través de sus personajes al final declaró su homosexualidad. Con más dificultad, pero lo hizo también", considera.
La cuestión identitaria ocupa gran parte de la exposición, que tampoco se olvida del Caso Dreyfus, originado por una sentencia judicial considerada antisemita contra el capitán Alfred Dreyfus, de origen judío y que durante doce años, de 1894 a 1906, conmocionó a la sociedad francesa.
"Este caso fue muy importante porque hizo tomar conciencia del problema judío que había en Francia, los intelectuales se tuvieron que posicionar y tomar partido y mucha gente que no se había declarado judía lo hizo para defender la causa, entre ellos Proust", explica.
En el análisis coincide Esther Bendahan, responsable del área de Cultura del centro, quien subraya que "una de las características principales" de la vida y la obra del francés "es el secreto": "saber qué hay detrás de este tiempo perdido".
"Una de las claves es encontrar la dificultad de vivir una relación entre dos hombres o dos mujeres, era una preocupación muy clara en su obra, se ve claramente en su obra pero en su tiempo era muy difícil tener una vida abiertamente homosexual y se ve obligado a ocultarla", dice.
Algo que, según afirma, podría "equipararse" a lo que vivían muchos judíos en los años 20 del siglo pasado y posteriormente: "muchos vivían su judaísmo de manera oculta, algo que marcó la obra de Proust y su tiempo".