Miles de feligreses esperan en Kazajistán las bendiciones del papa Francisco

Kulpash KonyrovaNursultán, 14 sep (EFE).- Miles de feligreses kazajos y de otras partes del mundo acudieron hoy a la misa del papa Francisco en Nursultán, con la esperanza de que el pontífice les colme de bendiciones.

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"En 2002 recibí al papa Juan Pablo II, esta es la segunda vez, 21 años después. Deseo que todas las personas vivan felices y libres", comentó a Efe una peregrina, que recorrió más de 170 kilómetros desde Temirtau, en el oeste de Kazajistán, para acudir a la misa.

Unos 7.000 fieles católicos, una minoría que alcanza el 1 % de la población kazaja, han engalanado la plaza del Centro de Exposiciones de la capital kazaja, en la que se ha levantado un gran altar, al que conducen unas escaleras con una alfombra roja.

"Hoy vinimos a ver al ilustrísimo papa Francisco porque él vino aquí a visitarnos", dijo a Efe Robert, brasileño residente en Kazajistán. "Queremos desearle mucha salud y que rece por todos los ciudadanos de Kazajistán".

NURSULTÁN SE ENGALANA PARA EL PAPA

Nursultán sacó brillo a todo el recinto, rodeado por vallas de seguridad y patrullas para garantizar la seguridad.

Un adoquinado remozado para que luciera limpio e impecable de cara a la importante visita.

Las autoridades locales habilitaron más de 10.000 sillas para los feligreses, que comenzaron a llegar a la plaza varias horas antes del inicio de la misa pese a los atascos automovilísticos que detuvieron parte de la ciudad.

Con el fin de garantizar la seguridad, las autoridades locales bloquearon varias calles a lo largo de la ruta del papa hacia el Palacio de la Independencia, donde se celebra hoy el VII Congreso Mundial de Líderes Religiosos Mundiales y Tradicionales, lo cual dificultó el tráfico en la capital kazaja.

Esto no impidió a los católicos kazajos, no dispuestos a perder esta oportunidad única, a asistir a la cita con el papa.

En un país en el que el 70,2 % de la población profesa el islám y el 26,2 % el cristianismo, la mayoría de los católicos son descendientes de polacos y alemanes reprimidos y exiliados a las estepas kazajas antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, no solo los kazajos acuden a la misa: llegan también fieles de países vecinos de Asia Central y residentes extranjeros en Kazajistán.

"Es un gran honor para mí estar hoy aquí", comentó a Efe Serguéi, quien llegó de Uzbekistán para ver al santo padre.

"Estamos muy emocionados de participar en la misa del papa, esta es mi primera vez", dijo a Efe una empleada de la embajada de Alemania en Kazajistán, junto a su hija.

Al paso de los fieles, los guardias de seguridad les recibían con saludos militares.

Incluso el clima aportó al buen transcurso de la celebración: el cielo ligeramente nublado y con rachas ligeras de viento dejó al sol iluminar la inmensa carpa y disipó cualquier amenaza de lluvia.

UNA CELEBRACIÓN ABIERTA A TODOS

La celebración estaba abierta a todos los interesados, sin importar su credo o confesión, y las entradas eran de libre acceso, pero con restricciones motivadas por razones de seguridad.

Solo se podía recibir una por persona, previa presentación de un documento de identidad.

Los feligreses esperaron pacientemente la llegada del papa Francisco, pero en cuanto divisaron el papamóvil, muchos se levantaron de sus puestos y se acercaron corriendo hacia la valla: todos querían ver de cerca a Francisco.

Mientras el papa bordeaba la plaza en su emblemático papamóvil, los asistentes le saludaron con las manos. Muchos de ellos trataron de filmar en sus móviles para guardar este momento entre sus recuerdos.

El papa saludó de vuelta y después, como está siendo habitual, le ayudaron a celebrar la misa y sólo leyó la homilía debido a sus problemas de movilidad por el dolor en una rodilla.

En su sermón, Francisco recordó la "persecución atea" durante la época soviética.

Agregó que "la paz nunca se consigue de una vez por todas, se conquista cada día, del mismo modo que la convivencia entre las etnias y las tradiciones religiosas, el desarrollo integral y la justicia social".

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