“El acuerdo actual es un mal acuerdo”, reiteró Lapid en una rueda de prensa, mientras Israel sigue buscando maneras de influir en las conversaciones para la vuelta al pacto nuclear con Teherán.
Las grandes potencias mundiales negocian desde hace 16 meses para llegar a un compromiso y este podría "estar cerca", aseguró este mismo jueves el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.
Según remarcó, "parece" que todos los aspectos técnicos hayan sido "más o menos resueltos".
Ante ello, Israel -contrario al acuerdo con Irán, su principal enemigo- intenta llevar a cabo tácticas para condicionar los avances en las negociaciones.
Esta semana, el asesor de seguridad nacional, Eyal Hulata, viajó a Estados Unidos, donde se reunió con miembros de la Administración demócrata del presidente Joe Biden. Hoy mismo, el titular de Defensa israelí, Beny Gantz, llegó a EE.UU. para tratar también el asunto.
Según Lapid, Hulata consiguió que "los estadounidenses aceptaran gran parte de las cuestiones" que Israel quería que "se incluyeran en los borradores", por lo que esto supone "un cambio bienvenido" que podría decantar la balanza a favor de las posiciones israelíes.
El temor a un acuerdo inminente ha encendido las alarmas estos días entre la clase política y el aparato de seguridad de Israel.
Sin embargo, según informó hoy el digital local Walla, los altos cargos del país se han tranquilizado tras los recientes contactos con EE.UU., después de que el Gobierno demócrata comunicara a Israel que no tiene intención de hacer importantes concesiones a Teherán.
Lapid declaró ayer que la oferta que la Unión Europea había hecho a Irán para retomar el pacto nuclear era "inaceptable", al no evitar que la república islámica se convierta en un "estado nuclear".
Sobre la "oferta final de tómalo o déjalo" que la UE -que negocia directamente con Irán en nombre de las potencias G5+1 (EE.UU, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China)- expuso la semana pasada, Lapid alertó que Teherán "vuelve a hacer demandas, mientras que los negociadores están listos para hacer concesiones nuevamente".
El pacto nuclear, establecido en 2015, quedó en papel mojado en 2018 cuando el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, se retiró unilateralmente del acuerdo, en parte por la presión contra este del ex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Tras la salida de Trump el Gobierno Biden mostró su voluntad de reincorporarse al acuerdo, y las potencias mundiales -entre ellas EE.UU. de forma indirecta- han negociado en los últimos 16 meses la restauración del pacto, por ahora todavía sin materializar.