El pasado martes, la diplomacia rusa acusó directamente al Departamento de Seguridad de la Secretaría General de la ONU de "frustrar el viaje" de los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para examinar los daños causados a la central y tratar de determinar su origen.
Ese supuesto bloqueo hizo que "las autoridades de Kiev (lo) aprovechasen para aumentar sus provocaciones y bombardeos", por lo que la diplomacia rusa pidió a António Guterres "tomar conciencia de toda su responsabilidad" y no volver a impedir esa misión.
Hoy, el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, leyó una declaración en la que contradice las afirmaciones de la diplomacia rusa con varios argumentos: el OIEA es una agencia "que actúa con total independencia y decide cómo llevar a cabo su mandado" y por consiguiente el secretario general "no tienen autoridad para bloquear o cancelar las actividades del OIEA".
Además, el secretario general aclaró que dispone de los medios logísticos y de seguridad necesarios para apoyar cualquier visita de expertos del OIEA desde Kiev a la planta nuclear, "si tanto Ucrania como Rusia están de acuerdo".
En su comunicado del pasado martes, el ministerio ruso de Exteriores afirmó que prestaría toda la ayuda posible para llevar a cabo esa inspección independiente, pero desde entonces han continuado una y otra vez toda la serie de acusaciones cruzadas.
Zaporiyia es la mayor planta nuclear de Europa, y está bajo control ruso casi desde el inicio de la ofensiva de Moscú contra Ucrania, el pasado febrero.