“Según los últimos datos, más de 600 insurgentes fueron eliminados como resultado de un ataque el 16 de julio con armas de alta precisión de las Fuerzas Aeroespaciales rusas a una base provisional de los nacionalistas en el centro de ocio “Imperio” en el pueblo de Konstantinovka, en la región de Odesa”, dijo el portavoz castrense ruso, Igor Konashénkov.
En su parte diario, Konashénkov agregó que entre los más de 600 militares muertos "había hasta 120 mercenarios".
En otro ataque ruso, que se efectuó el 17 de julio en la ciudad de Mykolaiv, en el sur del país, fueron eliminados "más de 320 militares del adversario".
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Según Konashénkov, debido a las pérdidas sufridas, los recién movilizados en las regiones occidentales de Ucrania "se niegan a combatir en el Donbás".
A lo largo de la jornada de ayer, el Ejército ruso también golpeó nueve puestos de mando y seis depósitos con armas ucranianos, según Defensa.
Rusia cifró la semana pasada en 2.741 el número de mercenarios en Ucrania, y les advirtió de que conoce “por nombre y apellido” a todos y cada uno de los combatientes extranjeros que llegan al país.