"Se espera que la demanda de petróleo en 2023 se vea respaldada por unos resultados económicos todavía sólidos en los principales países consumidores, así como por la mejora de los acontecimientos geopolíticos y la contención de la covid-19 en China", explicó la OPEP en su informe mensual sobre el mercado mundial de "oro negro".
Por primera vez, la organización publica sus estimaciones para el año próximo, basadas en un crecimiento económico del 3,2 %.
Con respecto a la demanda petrolera de este año, la Organización de Países Productores de Petróleo la mantiene en 100,29 mbd (un 3,47 % más que en 2021), sin cambios respecto a lo calculado hace un mes.
El incremento del consumo petrolero se verá alimentado principalmente por el sector de transporte y el uso de combustibles industriales, que recuperarían niveles superiores a los prepandémicos en las principales naciones industrializadas.
En esta visión se incluye la esperanza de un alivio de las restricciones impuestas por China, el mayor importador mundial de crudo, y con ello también una agilización de las cadenas de suministros.
OFERTA INCIERTA
Con respecto a la oferta, la producción generada fuera de la OPEP subiría un 3,37 % y un 2,60 % este y el próximo año, respectivamente, hasta totalizar 67,44 mbd, gracias sobre todo a las mayores extracciones de Estados Unidos, Canadá, Brasil, China, Kazajistán, Guyana y Noruega.
En cuanto a Rusia, tercer productor y segundo exportador mundial de petróleo, se vaticina una caída de su bombeo en 200.000 bd, hasta 10,45 mbd, aunque la OPEP admite una "gran incertidumbre" sobre el futuro de la industria petrolífera del gigante euroasiático, severamente sancionado por su invasión de Ucrania.
También hay, por otro lado, incertidumbre sobre la cantidad de barriles que aportará la industria de EEUU, y en especial la del petróleo de esquisto.
Sea como sea, la OPEP calcula que para "equilibrar" el mercado sus 13 socios deberían bombear una media de 29,16 mbd este año, y de 30,1 mbd en 2023, es decir, en ambos casos volúmenes claramente superiores a los 28,72 mbd producidos el pasado mes de junio.
Sin incluir las producciones de Venezuela (0,7 mbd), Irán (2,5 mbd) y Libia (0,6 mbd), el grupo extrajo 24,8 mbd, es decir, 1 mbd menos de la cuota conjunta a la que se comprometió.
En lugar de aumentar, como estaba acordado, se redujeron los suministros y con ello la posibilidad de los socios de aprovechar al máximo los altos precios del crudo en junio, mes en el que subieron cerca de un 9 % y superaron los 120 dólares (en el caso del Brent).
Según los analistas, la mayoría de los productores están ya al máximo de una capacidad que se ha reducido en los últimos años debido a unas inversiones insuficientes en el sector.
En el informe de hoy, la OPEP estima que los 13 socios podrán invertir unos 415.000 millones de dólares en sus industrias petrolíferas el próximo año, nivel muy inferior a los 755.000 millones gastados en 2014.
RIESGOS A LA BAJA
Eso sí, los analistas del grupo advierten de que sus cálculos están sujetos a probables revisiones dados los persistentes "riesgos a la baja" para la economía y la demanda de crudo que supone la fuerte inflación en todo el mundo y el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales.
La posibilidad de nuevas restricciones al movimiento para frenar brotes de covid-19, las tensiones en los mercados laborales, los cuellos de botella en las cadenas de suministros y los altos niveles de deuda de los países, son otros factores que "preocupan" al grupo petrolero.