Desde que asumió el cargo, Biden buscó retomar los lazos de EE.UU. con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que se rompieron con su predecesor, Donald Trump (2017-2021), pero un año y medio después el liderazgo palestino cree que el demócrata no ha cumplido con gran parte de los compromisos hechos ni ha sido contundente ante la creciente expansión colonial israelí a la que formalmente se opone.
El escepticismo palestino ante EE.UU. es amplio en la calle y en las instituciones. Según analistas y medios, la visita de Biden a Israel y territorio palestino entre miércoles y viernes no arrojará resultados de importancia para los intereses palestinos.
Esto contrasta con visitas en décadas previas de otros presidentes, cuando los asuntos vinculados al conflicto eran centrales, pero ahora parecen ser cada vez menos prioritarios en un contexto regional y mundial donde la causa palestina pierde peso.
A esto se suma la mayor inclusión israelí en el mundo árabe, algo que Trump aceleró al auspiciar la normalización de lazos del Estado judío con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin o Marruecos.
Biden quiere seguir adelante con este proceso, y en su paso por la región se focalizará en buscar un acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, así como un aumento de la coordinación militar contra Irán.
“Como palestinos, nuestras expectativas ante esta visita son muy bajas. Los principales objetivos de la estancia de Biden son otros”, lamenta a Efe Ghassan Khatib, catedrático y exministro palestino, que asegura que EE.UU. mantiene su tradicional política a favor de Israel que se aplica “a expensas de los derechos palestinos”.
A diferencia de Trump, que durante su mandato se alineó con las posturas ideológicas de la derecha israelí e impulsó medidas que le enemistaron con los palestinos, Biden intentó recuperar una posición más equilibrada en relación al conflicto y retomó la defensa de la solución clásica de dos Estados como estandarte.
Sin embargo, no ha tomado pasos para reactivar el proceso de paz -algo que tampoco se espera que haga en su visita de estos días- ni ha revertido muchas de las polémicas políticas adoptadas por Trump.
Biden no ha reabierto el Consulado para asuntos palestinos de Jerusalén que Trump cerró en 2019, pese a las peticiones palestinas y que se comprometió a ello. Israel también presiona para impedirlo.
A consultas de Efe, una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo que EE.UU. mantiene el compromiso de reabrir la institución para atención diplomática a la población palestina.
"Continuamos hablando sobre esto con nuestros socios israelíes y palestinos", agregó la misma fuente. Según aseguró "mientras tanto hay un dedicado grupo de compañeros que trabaja en Jerusalén en la Oficina de Asuntos Palestinos".
Este organismo, en la embajada de EE.UU. ante Israel, fue creado en junio y tiene la particularidad de que informa y se coordina directamente con el Departamento de Estado en Washington.
Otro elemento de malestar es en relación a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que aglutina a gran parte de sus facciones históricas. Trump cerró sus oficinas en Washington durante su mandato, en lo que se interpretó como una represalia tras la ruptura de lazos de las autoridades palestinas con su Gobierno.
Posteriormente, la ANP pidió a Biden que quitara a la OLP del listado de organizaciones terroristas de EE.UU. y le permitiera la reapertura de sus oficinas, un paso por ahora tampoco materializado.
Tras asumir el poder, los demócratas también restauraron parte de la ayuda financiera que Trump retiró a los palestinos. Esta fue para la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, para las fuerzas de seguridad de la ANP y en concepto de apoyo humanitario.
Sin embargo, la cantidad de ayudas económicas no ha alcanzado los niveles previos al mandato de Trump, lo que también molesta a las autoridades palestinas, señalan analistas.
Se espera que el presidente palestino, Mahmud Abás, exprese estas cuestiones en su reunión con Biden el viernes en la urbe cisjordana de Belén. Según medios, también exigirá que ejerza mayor presión a Israel para frenar la expansión de colonias en territorio ocupado y la demolición de viviendas palestinas construidas sin permiso.
Aún así, muchos ven este encuentro como un mero evento de cara a la galería que, como en ocasiones anteriores, no cambiará en gran medida la situación sobre terreno.
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La reunión también se verá empañada por el malestar del liderazgo palestino ante el papel estadounidense en el caso de la periodista Shireen Abu Akleh, después de que la semana pasada acusara a EE.UU. de encubrir la responsabilidad israelí en la muerte de la reportera tras el anuncio de Washington de que su examen balístico no ofreció una “conclusión definitiva”.