El Consejo Indigenista Misionario (Cimi), vinculado a la Iglesia católica, confirmó la muerte de Vítor Fernandes, de 42 años y miembro de la comunidad Kaiowá Guaraní, en una acción perpetrada el viernes por la Policía Militarizada en el municipio de Amambaí.
Según el Cimi, Fernandes y otros nueve miembros de la comunidad fueron tiroteados con proyectiles y balas de salva durante una incursión, "sin orden judicial", de la Policía Militarizada en una hacienda ocupada por los indígenas, que reclaman la posesión de las tierras.
El Hospital Regional de Amambaí confirmó la muerte de Fernandes y la permanencia en esa clínica de otros cuatro de los nueve indígenas heridos, entre ellos uno en estado grave y baleado en la cabeza.
De acuerdo con los relatos recogidos por el Cimi, la Policía actuó a pedido del propietario de la hacienda y utilizó "armas letales y hasta un helicóptero" para forzar la retirada de los indígenas.
La Secretaría de Justicia y Seguridad Pública regional, en tanto, indicó que tres agentes resultaron también heridos a bala durante la reintegración de tierras.
El Gobierno regional no explicó el por qué la operación se realizó sin una orden judicial y tampoco lo de tomarse la atribución para hacerlo, pues por tratarse de indígenas ese tipo de acción le corresponde en Brasil a la Policía Federal y no a la Militarizada.
En mayo pasado, un indígena de 17 años murió en circunstancias parecidas en una hacienda vecina, reivindicada por la misma comunidad, cuando hacendados armados les hicieron frente.
En la reserva de Amambaí viven cerca de 10.000 indígenas en 2.400 hectáreas y algunas haciendas son reivindicadas por los pueblos originarios desde hace un siglo cuando fueron ocupadas por hacendados.
La muerte del indígena ocurre un día después de las exequias en Recife (noreste) del indigenista Bruno Araújo Pereira, muerto el pasado 5 de junio a manos de pescadores ilegales a los que había denunciado en la Amazonía junto al periodista británico Dom Phillips, que será sepultado este domingo en Río de Janeiro.