Grupos étnicos rebeldes rechazan la oferta de diálogo de la junta birmana

Bangkok, 25 abr (EFE).- Los principales grupos étnicos armados enfrentados al Ejército birmano rechazaron o recibieron con escepticismo este lunes la oferta de negociación lanzada por el líder de la junta militar birmana, Min Aung Hlaing, para alcanzar un alto el fuego y acabar con el conflicto armado que dura ya más de siete décadas, indicaron medios locales.

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El Partido Progresista Nacional Karenni (KNPP), la Unión Nacional Karen (KNU) y el Frente Nacional Chin (CNF), organizaciones que mantienen conflictos armados con el Ejército en distintas partes del país, rechazaron en declaraciones recogidas por el periódico digital "The Irrawaddy" sentarse a negociar con los dirigentes de la junta en las actuales condiciones.

Khu Daniel, portavoz del KNPP, afirmó que es muy poco probable que asistan a las conversaciones en un momento en que "la población se está revolviendo contra la junta".

"No tenemos nada que hablar después de que hayan cometido tantos asesinatos arbitrarios. Hay enfrentamientos todos los días en el estado Kayah (sureste del país)", sentenció.

Por su parte, el Ejército Kachin por la Independencia (KIA), que lucha contra la junta en el norte del país, señaló que aún no ha tomado una decisión, pero que las negociaciones serían inútiles.

"Han mantenido conversaciones con organizaciones étnicas armadas durante más de 70 años y nunca hubo buenos resultados. Y tampoco habrá buenos resultados esta vez", declaró el coronel Naw Bu, portavoz del KIA, en referencia a las guerrillas étnicas alzadas en armas desde que el país obtuvo su independencia.

Estas respuestas se producen después de que el jefe de la junta militar birmana, Min Aung Hlaing, hiciera el pasado viernes un llamamiento a los líderes de los grupos rebeldes étnicos a iniciar un diálogo que él mismo presidiría en las primeras fases y emplazara a las guerrillas étnicas a presentar sus solicitudes antes del 9 de mayo.

El golpe de Estado militar del pasado año fue respondido por una gran oposición popular con protestas y un movimiento de desobediencia civil que ha sido recibido con brutalidad por los uniformados, que han causado más de 1.700 muertos y mantienen a más de 10.000 detenidos.

El régimen, que tiene en contra a la mayoría de la comunidad internacional, también ha exacerbado el conflicto armado con las minorías étnicas, algunas de las cuales se han unido al gobierno paralelo formado por representantes prodemocráticos y excluido de la oferta de diálogo del régimen.

Las minorías étnicas, incluidos los chin, kachin, karen, kokang, kayah, mon, rakáin, shan y wa, representan más del 30 por ciento de los 54 millones de habitantes del país.

Al menos una docena de guerrillas étnicas llevan alzadas en armas desde hace décadas contra el Ejército birmano, principalmente en las zonas fronterizas.

El Ejército birmano justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre de 2020, en los que arrasó el partido de la líder depuesta Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, con el aval de los observadores locales e internacionales.

Min Aung Hlaing dirigió las campañas militares en 2016 y 2017 contra la minoría rohinyá, investigadas por presunto genocidio en la Corte Internacional de Justicia, y ha sido acusado también por lesa humanidad y otros crímenes tras el golpe militar.

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