Según adelantó la presidencia británica de la cumbre, el denominado Acuerdo de Glasgow sobre Emisión Cero de Vehículos será firmado este miércoles por más de 100 entidades, entre las que figuran 31 países, aunque los tres mayores mercados -EE.UU., China y Japón-, así como España, Alemania y Francia no se adhieren de momento.
Se espera que la lista de firmantes se vea incrementada a lo largo de la jornada, pero hasta ahora figuran, además de 31 países, 38 autoridades regionales, 11 fabricantes de vehículos, 27 propietarios de flotas y empresas de movilidad compartida.
Entre los constructores de automóviles que sí han rubricado el pacto -que juntos suponen casi un cuarto de las ventas a nivel global- figuran grandes compañías como General Motors, Ford, Mercedes Benz o Volvo.
Este acuerdo pretende suponer el principio del fin para los vehículos de gasolina y diésel, que serán eliminados y sustituidos por vehículos de cero emisiones para 2035 en los mercados clave y para 2040 en el resto del mundo.
Según la presidencia de la COP26, este acuerdo deja claro que los países y las empresas que no logren electrificar rápidamente su fabricación de automóviles durante esta década simplemente perderán su actual cuota de mercado frente a los competidores.
Los países firmantes -entre los que figuran la India, Canadá o Chile- representan casi el 15 % del mercado mundial del automóvil, lo que se traduce en 11,5 millones de vehículos.
El transporte representa una quinta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, de las cuales el 89% corresponde al transporte por carretera.
La electrificación del transporte por carretera es vital para reducir a la mitad las emisiones de carbono en esta década, a fin de estabilizar el calentamiento global en 1,5 grados centígrados.
Los vehículos de emisiones cero impulsados por fuentes renovables pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 80 % durante el ciclo de vida del vehículo.
Los coches de emisiones cero que se venden con la combinación energética actual pueden reducir las emisiones del ciclo de vida en más de un 50% en comparación con los vehículos convencionales.
Estos beneficios mejorarán a medida que la red eléctrica mundial incluya cada vez más energías renovables para cumplir los objetivos climáticos, según la presidencia de la COP26.