Adams, a través de un comunicado, subrayó que esta situación le ha obligado a movilizar más recursos para los trabajos de limpieza y recogida de desperdicios sólidos.
Recalcó que la basura puede trasladarse por los ríos y sus residuos dañan hábitats y amenazan la vida de distintas especies.
"El agua que bebemos proviene de El Yunque. Los contaminantes en la basura, neumáticos y enseres van a terminar en tu agua. Esto sobrepasa lo estético para convertirse en un asunto de salud pública y ambiental", dijo el supervisor forestal.
"Recoger tu basura nos resta tiempo y recursos que necesitamos para administrar este bosque, que es de todos. Por eso, exhortamos a la ciudadanía a que se lleve su basura y nos evite el trabajo de recogerlo. El Yunque es la joya de la corona de Puerto Rico, no lo ensuciemos", expresó.
Recientemente, brigadas del Servicio Forestal han tenido que levantar toneladas de desperdicios sólidos en zonas ubicadas en el municipio de Río Grande, como el Salto de Jiménez, en la carretera 9966; Puente Roto, en la 988; quebrada Soñadora, en la carretera 186; y en el área recreativa Río Sabana en Naguabo, todos parte de El Yunque.
El Yunque cuenta con cerca de 250 especies de árboles repartidos en una superficie de más de 100 kilómetros cuadrados.
Además, cuenta con la mayor biodiversidad de plantas y es el único bosque tropical lluvioso bajo la titularidad de El Servicio Forestal de los Estados Unidos.
El Yunque, a su vez, es el área con la mayor cobertura forestal contigua en Puerto Rico y una de sus principales atracciones turísticas, con un promedio de 1 millón de visitantes anuales.
El ecosistema forestal cuenta con importantes recursos de agua, es hogar para la vida silvestre, incluyendo especies endémicas, nativas y en peligro de extinción como lo es la cotorra puertorriqueña.
El Yunque fue declarado en 1976, por la Organización de Educación, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO) como la primera Reserva Biosférica Internacional en Puerto Rico.