“Nosotros, los obispos católicos de Canadá, expresamos nuestro profundo remordimiento y ofrecemos una disculpa inequívoca”, dijeron.
También reconocieron “el sufrimiento vivido en los internados” y los “graves abusos cometidos por algunos miembros” de la comunidad católica.
Canadá se vio sacudida ayer por el hallazgo de cientos de tumbas anónimas donde funcionaba un internado para estudiantes indígenas gestionado por la Iglesia católica. Una comisión de investigación concluyó que se perpetró un auténtico “genocidio cultural”. La comunidad canadiense llamó al Papa y al Vaticano a disculparse.
En el caso del internado de Marieval, en el este de Saskatchewan, acogió a niños aborígenes entre 1899 y 1997, pero dos años más tarde fue demolido y reemplazado por una escuela diurna.