El Ejecutivo dio instrucciones el sábado a una decena de departamentos, incluida la capital y Sfax, segunda ciudad más importante del país, para requisar las clínicas privadas con el fin de trasladar a aquellos pacientes ingresados en hospitales con falta de oxígeno.
Una medida que se mantendrá en vigor hasta recuperar el ritmo normal de provisiones, indicó la presidencia del Gobierno en un comunicado en el que pidió no dar crédito a los rumores que aseguran que la totalidad de hospitales tunecinos se encuentran desabastecidos de ese recurso.
El sindicato nacional de propietarios de clínicas privadas lamentó este lunes que las autoridades hayan tomado dicha decisión sin consultar al sector, que se encuentra igualmente saturado y con falta de personal, lo que tendrá "repercusiones catastróficas" en el funcionamiento de sus centros.
El consumo nacional diario de oxígeno alcanza los 200.000 litros, el doble de su producción, por lo que el país magrebí puso en marcha este lunes un puente aéreo con Kuwait para su transporte mientras Argelia envía desde hace varios meses vía terrestre cientos de miles de litros.
Italia y Libia han anunciado también un cargamento con 60.000 y 12.000 litros, respectivamente.
Con la tasa de mortalidad más alta del continente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Túnez registra desde finales de junio entre 150 y 200 muertes diarias y reportó este sábado un nuevo récord con 205 fallecidos.
En su último informe oficial, con fecha del 17 de julio y publicado este lunes, sumó 5.400 nuevos casos y 173 fallecidos, lo que asciende a 546.000 contagios y 17.527 muertes desde el comienzo de la pandemia.
Ante esta situación, el Ejecutivo apuesta por acelerar la campaña de vacunación e hizo un llamamiento de ayuda internacional, a la que se han sumado ya una quincena de países como España, Francia, Italia, Arabia Saudí y China con donaciones por un total de 3,5 millones de dosis de vacunas, además de material médico.
Desde principios de junio, 21 de los 24 departamentos permanecen bajo un confinamiento total, una medida descartada a nivel nacional por el poder central, lo que justificó por las repercusiones sociales y económicas.
En su lugar, prolongó hasta el 31 de julio el toque de queda- impuesto entre las 20.00 horas y las 05.00-, la prohibición de desplazamientos entre provincias, las celebraciones sociales y eventos deportivos y religiosos.
Tras el arranque de la campaña de vacunación a mediados de marzo, cerca de 2,3 millones de ciudadanos han recibido al menos una de las dosis y poco más de 860.000 tienen la pauta completa. Pese a las acciones de sensibilización, tan sólo 3,5 millones de personas se han inscrito en la plataforma digital “EVAX” para ser vacunadas de manera voluntaria y gratuita.