“El primer módulo básico para la nueva estación orbital rusa ya está en construcción”, dijo en la aplicación Telegram el jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos, Dimitri Rogozin.
De acuerdo con la cadena Rossiya 1, la decisión de un eventual retiro de la EEI fue aprobada el pasado 12 de abril durante una reunión del presidente ruso, Vladímir Putin, con dirigentes de la industria espacial del país, donde también se abordaron los planes de Rusia para la construcción de una estación orbital propia.
Roscosmos ha precisado que la decisión definitiva sobre el abandono de la EEI se adoptará después de 2024, cuando venza el plazo de vida útil de la plataforma y dependiendo de su estado.
Con anterioridad, tanto Rusia como Estados Unidos habían señalado la posibilidad de extender hasta 2030 el plazo de servicio de la plataforma orbital.
En los últimos meses en el segmento ruso del EEI se han detectado escapes de aire, que según Roscosmos no suponen un peligro para sus tripulantes ni para la plataforma, que orbita la Tierra a una distancia de 400 kilómetros y a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora.
En 2020, el jefe del programa de vuelo del segmento ruso de la EEI, Vladímir Soloviov, advertía ya de que los problemas técnicos en el ingenio orbital hacían necesaria la creación de una estación espacial nacional.
Según Soloviov, la futura estación rusa estará integrada por al menos cinco módulos, será de arquitectura abierta y tendrá una vida útil ilimitada gracias a que sus elementos serán sustituibles.
Los planes de poner en órbita una estación nacional rusa suponen inversiones multimillonarias.
“Si se adopta esa decisión, será extremadamente costosa. Creo que en diez años saldrá en un billón de rublos (unos 13.000 millones de dólares)”, declaró a RIA Nóvosti el experto Andréi Ionin, miembro de la Academia Rusa de Cosmonáutica.
Por su parte, el viceprimer ministro ruso Yuri Borísov ha declarado que Rusia está abierta a la cooperación con otros países en la construcción de su nueva estación espacial, aunque subrayó que el país está en capacidad de asumirla por sí mismo.
“La estación es considerada seriamente como un punto intermedio para vuelos y la exploración de la Luna y el espacio lunar”, afirmó Borísov.