PARÍS (AFP). Después de que se empezara a relacionar la vacuna de AstraZeneca con una atípica afección de coágulos sanguíneos, la de Johnson & Johnson, basada en la misma tecnología, es blanco de las mismas sospechas. ¿Qué se sabe hasta ahora al respecto?
¿Qué se observó?
En ambos casos, las sospechas nacieron después de detectar varios casos de trombosis en personas vacunadas.
No se trata de simples trombosis, como las flebitis, sino de afecciones muy inhabituales.
Primeramente, por su localización: afectan las venas cerebrales y en menor medida, el abdomen, indicó la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) sobre AstraZeneca.
Con la vacuna de Johnson & Johnson también se observaron “trombosis de los senos venosos cerebrales”, subrayaron después las autoridades sanitarias de Estados Unidos, la FDA y los CDC.
Estas patologías se presentan a la par con una caída del nivel de plaquetas sanguíneas, por lo que a la vez de coágulos sanguíneos, el paciente puede sufrir hemorragias.
Luego, la EMA reconoció por primera vez que estos problemas podían ser provocados por la vacuna de AstraZeneca.
En cambio, este vínculo todavía no se estableció formalmente con la vacuna de J&J, autorizada pero todavía no administrada en Europa bajo el nombre de Janssen.
En Estados Unidos, se suspendió su aplicación ayer, la espera de una respuesta científica.
¿A qué se debe?
Estos problemas podrían estar relacionados con la técnica de ambas vacunas de “vector viral”.
Esta se basa en tomar como soporte otro virus, que se modifica para que transporte en el organismo informaciones genéticas capaces de combatir el covid.
Ambas utilizan un adenovirus, un tipo de virus muy corriente.
El de AstraZeneca es un adenovirus de chimpancé y el de Johnson & Johnson es uno humano. “Todo indica que se debe al vector adenovirus” , explicó Mathieu Molimard, especialista francés en farmacología, recordando que este tipo de problemas no se da con las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, que utilizan la técnica de ARN mensajero. Por ahora, se desconoce si estas patologías también se registran con otra vacuna que emplea adenovirus, la rusa Sputnik. Esta está autorizada en unos 60 países pero no en la Unión Europea ni en Estados Unidos.
¿Cuál es el riesgo?
Esta es la principal cuestión.
Según cifras de la EMA, a fecha de 4 de abril, se habían detectado 222 casos de trombosis atípicas tras 34 millones de inyecciones realizadas con AstraZeneca en los 30 países del Espacio Económico Europeo (UE, Islandia, Noruega, Liechtenstein) y Reino Unido. Con un saldo de 18 muertos hasta el 22 de marzo.
Las trombosis se produjeron “durante las dos semanas consecutivas a la vacunación”, según la EMA.
En el caso de Johnson & Johnson, las autoridades estadounidenses registraron seis casos, entre estos un deceso, entre más de 6,8 millones de dosis administradas, y los síntomas aparecieron entre 6 y 13 días después de la inyección.
Pero, como sucede con todos los medicamentos, la clave está en ponderar los riesgos y los beneficios. “Los beneficios globales de la vacuna en la prevención del covid-19 pesan más que los riesgos de efectos secundarios”, dijo la EMA respecto a AstraZeneca.