La soberana británica y su esposo, el duque de Edimburgo, se han mostrado “encantados” en un comunicado emitido por el Palacio de Buckingham ante la llegada de su décimo bisnieto, que nació el domingo a las 18.00 GMT y ocupa la vigésima segunda posición en la línea de sucesión a la Corona.
Recuperaron la tradición de forma involuntaria
De forma involuntaria, los Tindall han recuperado la tradición de la monarquía británica de dar a luz en casa, una práctica habitual entre las clases acomodadas del Reino Unido hace décadas que, sin embargo, se ha abandonado en los últimos 60 años.
La princesa Margarita, hermana de la monarca, tuvo a su hija Sarah Armstrong-Jones en el palacio de Kengsinton en mayo de 1964, pocas semanas después de que la propia Isabel II diera a luz a Eduardo en el de Buckingham, igual que a sus otros tres hijos.
El propio duque de Edimburgo, nacido en 1921 como príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, llegó al mundo en la mesa de la cocina del hogar familiar en la isla de Corfú.
Isabel II, por su parte, nació en el número 17 de la calle Bruton Street, en el barrio londinense de Mayfair, que en aquel momento era residencia de sus abuelos maternos.
El reciente parto de Lucas Philip Tindall, cuyo segundo nombre es precisamente un tributo al duque de Edimburgo, se desarrolló “muy rápido”, según describió el padre, exjugador de rugby, en un podcast sobre ese deporte.
Elementos del gimnasio ante la emergencia
“Corrí al gimnasio, agarré una colchoneta, me metí en el baño y puse la colchoneta y toallas en el suelo”, describió el marido de Zara, cuyo apellido de soltera era Phillips.
“Como todo hombre dice, ella fue una guerrera. Como siempre, ellas (las mujeres) lo son”, describió el padre.
“Lo mejor de nacer en casa es que tan pronto como (el bebé) está bien envuelto, ya puede estar piel contra piel, directamente en el piso de abajo, en la sala de la televisión, con el golf puesto”, agregó el exdeportista. EFE