“La situación humanitaria está empeorando”, señaló Matthew Hollingworth, director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) en Sudán del Sur, en una sesión telemática en Ginebra.
“Unas 700.000 personas están en una situación desesperada debido a las inundaciones sin precedentes que azotan el país, anegando pueblos enteros, casas, tierras de cultivo, ganado y medios de vida”, añadió.
Del número total de personas afectadas, 230.000 se encuentran en Jonglei, el estado más devastado. Unas 85.000 personas han sido desplazadas.
“Lo que es muy preocupantes es que estas lluvias torrenciales [...] han comenzado antes de que el agua de las inundaciones del año pasado desapareciera por completo”, precisó Holligworth.
“Ahora, en 2020, las inundaciones parece que serán más severas, las peores en 60 años, y aún no hemos llegado al pico anual de la temporada de inundaciones”, continuó.
En Jonglei, más de 1,4 millones de personas sufren hambruna.
“Estas condiciones difíciles van a deteriorarse aún más si no se proporciona una asistencia humanitaria adecuada”, explicó el director del PMA.
El PMA la ONU busca prestar apoyo a las 700.000 personas afectadas por las lluvias y necesita al menos 58 millones de dólares en los próximos seis meses para asistencia alimentaria de emergencia.
Sudán del Sur enfrenta las secuelas de una guerra civil de seis años que se cobró unas 380.000 vidas y que paralizó la producción e petróleo, que representa más del 90% de los ingresos del Estado.