Oxfam analizó los acuerdos cerrados por las empresas que desarrollan y fabrican las cinco principales vacunas contra el coronavirus que están actualmente en la última fase de prueba.
“El acceso a vacunas que salvan vidas no debería depender de dónde vives o de cuánto dinero tienes”, dijo Robert Silverman, directivo de Oxfam.
“El desarrollo y aprobación de una vacuna segura y efectiva es crucial pero igualmente importante es asegurarse de que puedan estar disponibles y ser pagadas por todos. El COVID-19 está en todos lados”, dijo.
Las vacunas analizadas son las de AstraZeneca, Gamaleya/Sputnik, Moderna, Pfizer y Sinovac.
Oxfam calculó que se producirían 5.900 millones de dosis. Eso sería suficiente para unos 3.000 millones de personas dado que las cinco vacunas requieren, o probablemente requerirán, dos dosis.
Hasta ahora se ha cerrado la compra de 5.300 millones de dosis, de las cuales 2.700 millones (51%) han sido encargadas por países, territorios y regiones que incluyen a Estados Unidos, Reino Unido, Unión Europea, Hong Kong y Macao, Japón, Suiza e Israel.
Las restantes 2.600 millones de dosis fueron adquiridas, o prometieron adquirirlas, países en desarrollo como India, Bangladesh, China, Brasil y México, entre otros.
Oxfam afirmó que una de las principales candidatas, la vacuna de Moderna, recibió pedidos de gobiernos valorados en 2.500 millones de dólares, pero añadió que esa compañía ha vendido a naciones ricas las opciones de compra de toda su producción.
Esa ONG, al igual que otras organizaciones, han instado a ofrecer una “vacuna del pueblo” que sería distribuida gratuitamente y en base a las necesidades de cada país.
“Eso solo será posible si las corporaciones farmacéuticas permiten que las vacunas sean producidas compartiendo gratuitamente las patentes en vez de proteger sus monopolios y vender al mejor postor”, dijo Oxfam.
Agregó que el costo estimado del suministro de la vacuna a cada habitante del planeta es menor al 1% del impacto previsto en la economía mundial por el COVID-19.