Fue la primera vez en ocho años que Jamenei realizaba el sermón de la gran oración de los viernes en la mezquita Mosalla de Teherán. Su presencia es señal inequívoca del momento de tensión interna y externa que vive el país.
“Irán mostró que apoya la resistencia y no la sumisión. Aquellos que intentan mostrar otra cosa a la opinión mundial no son honestos”, clamó Jamenei ante una mezquita abarrotada de fieles.
Su discurso fue a menudo interrumpido por los gritos de la multitud presente, que pedía la “muerte de Estados Unidos” y la “muerte de Israel”.
Jamenei calificó el derribo del avión civil ucraniano, alcanzado por error por un misil iraní el 8 de enero, de tragedia “amarga”, pero pidió que no eclipse el “sacrificio” del general Qasem Soleimani, muerto cinco días antes en un ataque estadounidense en Irak.
“Fue un amargo accidente (...) pero algunos lo presentan de una manera que tiende a olvidar el gran sacrificio y martirio” del general Soleimani”, jefe de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución y artífice de la estrategia militar iraní en Oriente Medio, dijo.
Este peso pesado de la política iraní falleció en un ataque con drones cerca del aeropuerto de Bagdad, cometido por Estados Unidos. En represalia, Irán atacó con misiles dos bases iraquíes que albergan a soldados estadounidenses y derribó por error el avión ucraniano que acababa de despegar de Teherán con destino a Kiev.
Estos ataques cruzados pusieron a Irán y Estados Unidos, enemigos acérrimos, al borde de un enfrentamiento, aunque finalmente los dirigentes suavizaron el tono y aseguraron que no deseaban una nueva guerra.
En junio de 2019, Estados Unidos e Irán también estuvieron al borde de un enfrentamiento después de que Teherán derribó un dron estadounidense que habría violado su espacio aéreo. El presidente Donald Trump dijo en este momento que había anulado in extremis una respuesta militar.
“Nuestros enemigos estaban felices”
“Nuestros enemigos estaban tan felices con el accidente del avión como nosotros tristes... (Están) felices por haber encontrado algo para cuestionar a los Guardianes (de la Revolución), a las fuerzas armadas, al sistema”, agregó.
En el avión viajaban 176 pasajeros y miembros de la tripulación, la mayoría iraníes y canadienses, y no hubo supervivientes.
Paralelamente, el hecho de que las autoridades iraníes tardaran en reconocer su responsabilidad en el accidente del avión desató protestas contra el gobierno en Teherán y en otras ciudades.
“Los pocos cientos que ensuciaron la imagen del general Soleimani, ¿son el pueblo de Irán? ¿O (el pueblo de Irán son) aquellas multitudes en las calles?”, se preguntó Jamenei.
Jamenei se refería a los manifestantes que habían desgarrado el retrato del general en Teherán y a las impresionantes multitudes que se desplazaron para su funeral después de que su cuerpo fue repatriado desde Irak.
“El día en que decenas de millones de personas en Irán e Irak bajaron a las calles para rendir homenaje a Soleimani es un día de Dios. Y el día en que los misiles destruyeron la base del ejército estadounidense en Irak es también un día de Dios”, agregó.
Un general de los Guardianes de la Revolución asumió la total responsabilidad del drama del avión y explicó que había sido provocado por un subordinado que pensó que el Boeing ucraniano era “un misil de crucero” y en un contexto de tensión y ataques cruzados disparó.
“Cobardes”
El jueves, una ceremonia de recuerdo a las víctimas del avión en Isfahán, en el centro del país, se transformó de nuevo en manifestación contra el gobierno.
El viernes, las autoridades iraníes anunciaron que “a petición de la población” se celebrarían manifestaciones de apoyo al gobierno y a las fuerzas armadas “contra el Gran Satán (nombre con el que Irán se refiere a menudo a Estados Unidos, ndlr)”.
El presidente iraní, Hasan Rohani reconoció el jueves que había una crisis de confianza hacia las autoridades después de los acontecimientos de los últimos días.
El mandatario también defendió su política de apertura frente a las críticas de los ultraconservadores, por ejemplo Jamenei, que repite a menudo que los occidentales no son dignos de confianza.
Justamente en su sermón del viernes, Jamenei tildó de cobardes a los gobiernos británico, francés y alemán, refiriéndose a su decisión de activar el mecanismo de resolución de disputas del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015, para forzarle a cumplir los compromisos expresados en este pacto.
“Ha quedado demostrado ahora (....) que son los lacayos de Estados Unidos y estos gobiernos cobardes esperan que Irán se someta”, dijo el ayatolá.
Por su parte, Rohani ha dicho que quiere seguir dialogando con sus interlocutores internacionales, pese a que Washington se retiró del acuerdo nuclear de manera unilateral en 2018 y reimpuso sanciones económicas contra Teherán.
“Por supuesto que es difícil” el diálogo pero “la gente nos eligió (para) reducir la tensión” entre la República Islámica y el mundo, dijo el mandatario, que medirá su aprobación entre la población en febrero en las elecciones legislativas previstas.