El número de denuncias, actualizado hasta el 11 de octubre pasado y hecho público este miércoles, supone un aumento importante frente a las 18.400 demandas de julio y a las 5.000 anunciadas en abril. Bayer explica este aumento por las campañas televisivas en Estados Unidos buscando denunciantes pero asegura que “el número de procesos no quiere decir que sean admisibles”, aseguró el director del grupo, Werner Baumann, en una conferencia telefónica.
Hasta ahora Bayer indicó haber sido condenado tres veces en California por denuncias de personas que sufrieron un cáncer, aunque el monto de la indemnización quedó significativamente reducido en instancias superiores. Las apelaciones están previstas el año que viene y un juez federal de California ordenó un proceso de mediación para que puedan resolver los contenciosos sin necesidad de largos juicios.
Sin embargo Baumann indicó el miércoles que Bayer “solo aceptará el resultado de la mediación si tiene sentido económicamente” y si permite “poner fin” al caso. “Creo que solo un pequeño número de demandantes recibirá una indemnización”, en particular en los casos en los que exista una relación causal directa entre el cáncer y el glifosato, dijo a la AFP Markus Mayer, un analista de Baader Bank.
Meyer calculó en julio que un acuerdo podría costar a Bayer entre 15.000 y 20.000 millones de dólares. El grupo continúa negando la idea de su responsabilidad y recuerda que desde que el glifosato empezó a comercializarse en los años 1970 ningún regulador en el mundo ha determinado que sea peligroso para la salud.
El año pasado Bayer hizo la mayor operación de su historia con la compra de Monsanto por 63.000 millones de dólares, una apuesta de futuro por el sector agroquímico en un contexto de cambio climático. Pero desde entonces el grupo alemán se enfrenta a la mala reputación de Monsanto, tanto por sus semillas genéticamente modificadas como por sus pesticidas -como el conocido Roundup, a base de glifosato- objeto de procesos judiciales y de debate político en ambos países. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), dependiente de la OMS, dijo en 2015 que el glifosato era “probablemente cancerígeno”.
Sin embargo se trata de una evaluación genérica del riesgo del producto y no de sus efectos teniendo en cuenta la exposición a dosis normales. En paralelo Bayer confirmó este miércoles sus objetivos de resultado anuales “a pesar de una caída de las previsiones de crecimiento” de la economía mundial.
La facturación aumentó un 5,4%, hasta 9.800 millones de euros y el resultado operativo (sin elementos excepcionales) aumentó un 7,5%, hasta 2.300 millones de euros. El beneficio neto cayó por su parte un 64% en el tercer trimestre de 2019. En el mismo periodo de 2018 había aumentado considerablemente pero solo a causa de la venta de varias actividades.
En agosto Bayer cerró un ciclo de ventas para centrase en sus actividades del sector farmacéutico y agroquímico, con la venta de la división de sanidad para animales a la compañía estadounidense Elanco por 7.600 millones de dólares. A principios de agosto, la empresa anunció la venta por 3.500 millones de euros de su participación en Currenta, que gestiona parques de química industrial. Para 2019 Bayer prevé una facturación de unos 43.500 millones de euros.