Marco de Brix fue el primer cantante paraguayo en llegar al segundo y cuarto lugar en el Festival de la Organización de la Televisión Iberoamericana de la Canción (OTI) cuando apenas tenía 20 años y las condiciones eran diferentes, por la falta de comunicación inmediata, por sobre todo. Su esposa, Carmen Solá, asegura que él hubiese apoyado a Aye Alfonso, quien ganó Factor X España el pasado lunes.
“Le hubiese dicho que lo más importante es su voz. Le hubiese aconsejado porque él tenía experiencia y casi la misma edad cuando salió por primera vez de nuestro país para presentarse en la OTI Estados Unidos, donde alcanzó el cuarto lugar, luego se presentó en el mismo festival pero en Argentina, donde quedó segundo”, señala Carmen Solá.
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Recuerda que “Marquito” no quería hablar mucho del tema, porque todos decían que él merecía el primer lugar de aquel festival “pero él era tan humilde que decía que ya pasó y con una sonrisa eludía”.
Su primera presentación en la OTI fue en 1983 y la segunda en 1988. Era la figura artística más aclamada y querida en nuestro país.
La bufanda blanca de Marco De Brix
Para su presentación en la OTI Estados Unidos Marco vistió un elegante traje oscuro, acompañado de una bufanda blanca, mientras que en Argentina vistió de un impecable traje blanco.
Si bien no era muy apegado a lo material, decidió guardar como recuerdo aquella bufanda blanca que hasta hoy es conservada por su familia.
“Era muy especial para él, aunque nunca dijo por qué decidió usar. Es una de las pocas cosas que guardaba y hoy la tengo yo como recuerdo”, indicó.
La trayectoria de Marco de Brix
Marco de Brix nació en Asunción en 1963 y falleció en el 2009 tras una enfermedad cardiaca. Realizó giras por países europeos. En 1990 grabó su primer disco en el que reproducía el tema musical con el que había representado al Paraguay en la OTI: “Soñaremos como ayer”.
Contaba con una voz privilegiada, interpretaba variados estilos en su repertorio. Se destacó en el género melódico y las canciones del folklore latinoamericano y paraguayo.
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Entre sus interpretaciones se encontraban: “Sapo Cancionero”, zamba argentina que caracterizó a su padre, don César de Brix y “Regalo de Amor” de Mauricio Cardozo Ocampo.
En su repertorio también brillaban canciones melódicas y del folklore latinoamericano y paraguayo, como: “Maräpa reikuaase”, “Mariposa para mí” y “Galopera”.
Es también recordado por su fanatismo hacia el club Olimpia, al cual dedicó la canción “Mi viejo Olimpia”, casi un himno para los hinchas.