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Firmado por una de sus diseñadoras de cabecera, Alessandra Rich, la duquesa de Cambridge llegó al Royal Ascot acompañada de su esposo el príncipe Guillermo luego de que protagonizaran el tradicional desfile en carrozas tiradas por caballos, evento característico de esta tradicional compentencia ecuestre.
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El vestido de Kate fue, como manda la etiqueta de un largo discreto, preferentemente por debajo de la rodilla y una pamela oscura con detalles florales en blanco.
La elegancia y discreción caracterizaron a la futura reina de Inglaterra, quien se inspiró en un diseño similar que su suegra había lucido también en un evento de Ascot.
Su elegancia contrasta con el tradicional desfile de extravagantes sombreros con los que las asistentes a la carrera de caballos llegan para llamar la atención de los presentes y los flashes de la prensa especializada.