La sal no solo actúa como un potenciador del sabor, sino que también desempeña un papel crucial en la química de la cocina.
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Afecta la coagulación de proteínas, el ablandamiento de los vegetales, la extracción de sabores y otras reacciones químicas que transforman los ingredientes.
Sal: antes, durante o después de la cocción
Agregar sal antes de la cocción es útil cuando trabajás con carnes y vegetales que se beneficiarán de un proceso conocido como maceración o curado.
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Aplicar sal unos minutos u horas antes de cocinar carne, puede ayudar a retener su humedad interna, mejorando su ternura y sabor. Esto se debe a que la sal descompone las proteínas superficiales, permitiendo un dorado uniforme durante la cocción.
Para vegetales como el zucchini o la berenjena, salar previamente puede extraer el exceso de agua, lo que da como resultado una textura más firme al cocinar.
Por otro lado, salar durante la cocción es ideal para platos que requieren una integración uniforme de sabores. Añadir sal a medida que se cocinan las sopas, guisos o salsas tiene sus beneficios, ya que la sal ayuda a resaltar los sabores naturales de los ingredientes al disolverse en el líquido de cocción.
Además, permite ajustar el contenido de sal conforme a la concentración y reducción de los líquidos, asegurando que no se sature el paladar con exceso de salinidad.
Por último, en algunos casos es mejor agregar la sal recién después de la cocción. La sal final se utiliza para resaltar y terminar los platos y agregarla después de cocinar es eficaz para dar textura y sabor final.
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Utilizar sal en escamas o flor de sal al final aporta no solo un golpe de sabor inmediato, sino también una textura crocante que puede mejorar la experiencia sensorial del platillo.
Además, es una manera fácil de ajustar la salinidad al gusto personal, brindando a cada comensal la posibilidad de personalizar su experiencia.
Consejos prácticos
Siempre es aconsejable probar tus preparaciones en cada etapa, ajustando la sal según sea necesario.
Considerá el tipo de sal (kosher, marina, fina) que estás usando, ya que su concentración puede variar. La sal kosher, por ejemplo, es menos densa que la sal de mesa fina.
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Es más fácil añadir más sal que corregir un exceso. Sé precavido, especialmente cuando el plato incluya ingredientes salados adicionales como quesos o embutidos.
Saber cuándo agregar sal a los alimentos es clave para llevar tus habilidades culinarias al siguiente nivel. Mediante una comprensión detallada de cómo y cuándo usar la sal, podés maximizar el sabor y mejorar la calidad de tus platillos caseros.
Experimentá con estos consejos y observá cómo el momento y el método de agregar sal pueden transformar por completo tus comidas.