Una adecuada presentación culinaria no solo es visualmente atractiva, sino que también augura una mejor percepción del sabor. Un buen plating atrae los sentidos: la vista es nuestro primer sentido al experimentar un plato. y un emplatado bien pensado despierta el apetito.
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Además, los alimentos bellamente presentados crean una impresión de lujo y cuidado en la preparación. El emplatado es una oportunidad para mostrar originalidad e innovación.
Elementos clave en el plating de quiches y tartas
Selección del plato: elegí un plato que complemente el tamaño y el color de la quiche o tarta. Las vajillas blancas suelen ser una opción segura, ya que destacan los colores del plato.
Corte y porciones: asegurate de cortar porciones limpias y uniformes. Utilizá un cuchillo afilado y, si es necesario, calentalo con agua caliente para cortes más suaves. En algunos casos, con creatividad y buen ojo, podés hacer cortes irregulares que agreguen dinamismo a la presentación.
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Colocación: ubicá la porción en el centro del plato o jugá con la regla de los tercios para colocarla ligeramente hacia un lado, creando un espacio que pueda llenarse con otros elementos decorativos.
Salsas y reducciones: agregá salsas o reducciones que complementen el sabor. Aplicá con una cuchara, un biberón, o una brocha para un toque elegante.
Color y contraste: usá ingredientes coloridos y de temporada como hojas de rúcula, rodajas de rábanos, o pétalos de flores comestibles que aporten contraste y frescura.
Texturas: introducí diferentes texturas para añadir interés al plato, como nueces tostadas o semillas, que aportan un elemento crujiente.
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Dimensión: jugá con la altura para dar un sentido tridimensional. Podés lograrlo apilando o elevando ingredientes adicionales.
Creatividad: no temas experimentar. La cocina es un arte, y el plating es el lienzo donde podés expresar tu personalización y únicos toques finales.
Ejemplos prácticos de plating
Para una tarta de espinacas y queso, añadí unas hojitas de albahaca o perejil fresco y acompañá con una línea de pesto alrededor. Serví una quiche Lorraine con un toque de crema fraiche y cebollino finamente picado en la parte superior para una apariencia sofisticada pero simple.
En una tarta de chocolate, añadí una pizca de sal marina y almendras fileteadas sobre una salsa de caramelo para un efecto visual y textural.
El arte del plating no solo involucra habilidades culinarias sino también una comprensión del equilibrio visual y sensorial. Al practicar y aplicar estas técnicas, podés transformar quiches y tartas en obras de arte que emocionarán tanto a la vista como al paladar. ¡Disfrutá del proceso creativo en cada plato preparado!