No solo el gusto decide si un plato es agradable y sabroso, sino que al momento de comer participan todos los sentidos. Y no solo se trata del ambiente material que nos rodea, sino también del emocional; es decir, si estamos en compañía, si el entorno nos hace sentir bien o mal, o si estamos nerviosos a causa de la situación, entre otras cosas.
No solo nuestro nivel de hambre o los deseos de comer afectan lo que ingerimos, sino que el ambiente también influye en lo que comemos, incentivándonos o, por el contrario, reduciendo el efecto placentero de un plato en el organismo. Asimismo, el ambiente en el que comemos puede condicionar el impacto de un plato sobre la salud de nuestro cuerpo.
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No solo importa el sabor de la comida, sino también lo que oímos, lo que vemos, lo que sentimos en nuestra piel o en la boca, así como lo que olfateamos.Los factores ambientales externos que influyen en la conducta alimentaria son: el entorno físico y social en el que se come, el hecho de hacerlo solo o acompañado, el tiempo disponible para comer o para preparar los platos, el esfuerzo que supone la obtención de alimentos (distancia, horarios), la iluminación, el ruido y la temperatura del lugar donde comemos.
Básicamente debemos poder reconocer aquellos ambientes o aspectos de la comida que nos empujan a comer más y de peor calidad de manera de contemplarlos si queremos equilibrar la alimentación o perder peso comiendo sano pero menos.
Un estudio del Department of Psychology de la Georgia State University (Atlanta), publicado en la revista Nutrition analiza el efecto de los estímulos en el consumo (cantidad) y elección de los alimentos (calidad). Estas conclusiones pueden ser útiles para tomar conciencia de un hecho que tal vez le pase desapercibido a la mayoría de la gente.
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* La iluminación. Es un recurso empleado en los establecimientos gastronómicos; las luces azules fluorescentes son sinónimo de limpieza y ensalzan la frescura de los alimentos. Un ambiente con poca iluminación nos empuja a comer más, básicamente porque nos desinhibe, nos impide visualizar correctamente lo que comemos y dificulta la toma de conciencia de la cantidad ingerida, por ello, lo mejor para comer de forma neutral con un control más adecuado de las cantidades es comer con buena iluminación.
* Los sonidos. La música suave estimula el consumo porque, al igual que las luces bajas, relajan y favorecen el tiempo de permanencia en el acto de comer, al mismo tiempo que distraen la atención del plato de comida.
Lo mejor para controlar bien la cantidad es comer sin música. Los ruidos molestos o gritos excitan nuestro sistema nervioso, favoreciendo el consumo rápido, descontrolado y poco placentero de comida, por ello, para no tener problemas digestivos y para conservar el autocontrol de la cantidad consumida, lo mejor es comer sin gritos ni discusiones en medio.
La televisión mientras comemos también retira nuestra atención de la comida y nos empuja a comer más, por ello, mejor evitar las distracciones al momento de comer.
* Los comensales. La compañía generalmente lleva a un consumo más placentero, pero a mayor número de comensales mayor es la ingesta. Sin embargo, el diálogo en medio de la comida favorece la asociación de esta a un buen momento compartido, aunque no debemos perder de vista lo que comemos y cuánto comemos.
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* La variedad. A mayor variedad de alimentos más consumo; es decir, la diversidad de platos hace que la ingesta sea de mayor cantidad, por eso, si está intentando controlar la cantidad que consume, mejor elaborar una sola preparación por comida y evitar comer en un bufé.
* El servicio. La vajilla y los cubiertos también afectan lo que comemos, tal es así que utilizar cubiertos de plástico o platos de colores disminuye el sabor percibido así como el placer que genera una comida, por ello, para comer sin excesos y disfrutar de lo que comemos, lo mejor es utilizar cubiertos de metal y platos blancos.
* El lugar. Comer parado y/o en movimiento mientras hacemos otra actividad no nos permite tomar conciencia de lo que comemos, por ello, no nos sacia y nos empuja a comer más. Si desea comer lo necesario, sin excesos y disfrutar de la comida, el lugar adecuado para comer es en la mesa, correctamente sentado.
Vitonica y Consumer.es.