La palabra cubiertos proviene del francés antiguo coutelier, que significa cuchillero. En Gran Bretaña, un cutler era alguien que fabricaba cubiertos. Algunas regiones de Gran Bretaña se hicieron famosas por la fabricación de cubiertos a finales del siglo XVI. Pero históricamente, primero apareció el cuchillo y luego la cuchara. Mucho más tarde, se creó el tenedor.
El cuchillo
Es definido como un instrumento afilado diseñado para cortar y existe desde hace miles de años. Los primeros cuchillos eran de piedra, y las puntas de flecha se usaban para perforar y cortar carne.
Se han utilizado en forma dual, como arma y como instrumento para comer, desde tiempos prehistóricos. Esto es bastante lógico: uno mata su alimento y después lo corta en pedazos convenientemente con una herramienta práctica que sirve para ambas cosas.
Los cuchillos no fueron diseñados exclusivamente para uso de mesa hasta la dinastía de los Borbones en Francia. Hasta ese momento, eran increíblemente agudos debido a su uso mencionado antes, el de “matar” la propia comida. Por eso, la presencia de cuchillos en una mesa representaba una amenaza constante. En las clases altas, los invitados traían su propio cuchillo, ya que no era proporcionado por el anfitrión. Además, tenían un doble uso: comer y defenderse de las amenazas.
Ver también: ¿Qué cuchillos necesitamos en casa?
El tenedor
En cuanto al primer tenedor, era más bien un pincho de un solo diente que la princesa bizantina Teodora mandó fabricar. Durante el siglo XVI, Catalina de Medici ayudó a popularizar el uso del tenedor (así como la pasta, el aceite de oliva, el vino chianti y la separación de dulce y salado) en las mesas francesas, después de su matrimonio con Enrique II. En ese momento, todo lo italiano estaba en boga gracias al Renacimiento. Sin embargo, muchos hombres todavía los rechazaron porque consideraban que su uso era demasiado femenino. También se dice que su generalización se retrasó por asemejarse al tridente utilizado en las imágenes de representación del diablo, la Iglesia lo relacionó con un instrumento diabólico y lo prohibió. Hasta que se impuso su utilización, la comida era cortada por los sirvientes, y los alimentos se consumían con la mano.
El tenedor que conocemos hoy en día, con 4 dientes y diseño curvo, que es el adecuado para perforar y recoger alimentos, se introdujo en la Alemania del siglo XVIII.
Las cucharas
A diferencia de los cuchillos y los tenedores, que en su mayor parte necesitaban ser confeccionados, las cucharas podían ser de origen natural, como conchas marinas o piedras con su forma conveniente.
Para consumir alimentos, el material más común de las cucharas era la madera, debido a su disponibilidad y bajo costo. Sin embargo, durante los imperios griego y romano, las cucharas hechas de bronce y de plata eran comunes entre los ricos y esto se mantuvo así hasta la Edad Media.
El diseño de la cuchara cambió a lo largo de los períodos renacentista y barroco, antes de recibir su actual aspecto estándar alrededor del siglo XVIII. Desde entonces, las cucharas han seguido siendo un elemento básico de las mesas modernas y vienen en una amplia gama de variantes, desde sopa hasta cucharas de caviar.
A principios del siglo XX, la invención del acero inoxidable permitió la fácil fabricación de utensilios de cocina que desde entonces recibieron muy pocos cambios en su forma y diseño.