Nutrición en las Fiestas: comer sin culpa, pero con moderación

Una de las grandes metas del año es mejorar nuestro estado físico, y no solo por una buena imagen sino por salud integral. El consejo para superar “las tentaciones” es disponerse mentalmente para disfrutar estos días –que tanto generan emociones y ansiedad- compartiendo y comiendo equilibradamente.

Si venimos mentalizados y habiendo mejorado nuestros hábitos alimenticios, pasar las Fiestas comiendo delicias será muy fácil.
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Ya vivimos un ambiente de fin de año, llega no solo Navidad y Año Nuevo, sino también las cenas y despedidas en el trabajo, el estudio, con los ex compañeros, con los amigos, etc. En los supermercados tenemos estantes repletos de dulces típicos y bebidas para los festejos. Ofertas aquí y allá, invitaciones, publicidad incitante y gente que quiere darse el gusto de comer y beber.

Darle a la alimentación la importancia que se merece, posibilitará que podamos permitirnos variaciones durante la temporada festiva.

¿Desde cuándo mentalizarnos para evitar los excesos? “Es fundamental empezar a mentalizarnos antes de que la temporada llegue. Aunque cada uno tiene su propio calendario, yo sugiero que, a partir de noviembre, empecemos a reflexionar sobre cómo queremos vivir estas celebraciones, en especial teniendo en cuenta que los festejos comienzan de manera adelantada. La anticipación nos permite hacer elecciones más conscientes y disfrutar de algunos gustitos sin sentir que nos estamos sacrificando –dice la Lic. en nutrición Carolina Sosky-

“La recomendación sería reemplazar, por ejemplo, en la clásica merienda: en vez del mixto y las tostadas, permitirnos el placer de comer una porción mediana de nuestro pan dulce preferido una o dos veces a la semana durante el mes de diciembre”.

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-¿Cuántos kilos podemos subir en un mes de “permitidos”?

Posiblemente subiremos unos kilitos en diciembre. Sobre esto, así se entrene duro o nada, no hay reglas fijas y el subir de peso está contemplado.

Los kilos pueden variar según el estilo de vida de cada persona. Podemos ver algo aproximado:

Los que entrenan mucho: podrían ganar entre 1 y 2 kilos, ya que su metabolismo está más activo.

Los que llevan un entrenamiento regular: alrededor de 2 a 3 kilos, dependiendo de la cantidad de “permitidos”

Los que no entrenan, pero se cuidan en las comidas: tal vez 2 kilos, si no se exceden.

Los que no hacen nada de nada: podrían ver un aumento de 3 a 5 kilos debido a la falta de actividad y el consumo de calorías extra.

Aclaro que esto no es una regla, podemos conservar la línea si tenemos el control de las comidas durante el resto del día y practicamos la moderación en los eventos sociales.

-En Paraguay la Navidad cae en pleno verano, ¿por qué tanto dulces?. ¿vivimos en un sistema alimentario causante de esta adicción dulce-calórica?

La relación entre las festividades y el consumo de dulces es compleja. Si bien hay tradiciones que provienen de países o regiones con clima frío, también se ha convertido en un símbolo de celebración en todo el mundo. Incluso algunas culturas, como la judía, asocian dulces al iniciar el año para tener un “año dulce”.

La industria alimentaria también juega un papel impulsando la disponibilidad de estos productos. Crear Navidades sin excesos es posible; podemos optar por disfrutar de sabores más saludables que también sean festivos.

No hay Navidad y Año Nuevo sin pan dulce. El gran mercado del azúcar se agiganta aún más con las ofertas, "es un tema muy complejo, los dulces se han instalado como símbolo de estas Fiestas", dice la nutricionista.

-Liberar los gustitos en diciembre pueden multiplicar los rollitos en enero (y entonces la “operación bikini”, dietas, ayunos). El dilema es estar bien para el verano y a la vez poder socializar, no perdernos las reuniones e invitaciones.

Las vacaciones son un tiempo para disfrutar, pero también pueden generar ansiedad. En lugar de pensar en “operación bikini”, propongo una estrategia equilibrada: disfrutar de las celebraciones, pero con moderación. Podemos practicar el 70/30: 70% saludable y 30% de permitidos.

No se trata de ayunos extremos sino de tomarnos un tiempo para escuchar a nuestro cuerpo y sus necesidades. El ayuno en ocasiones, si se realiza con la intención de perder peso, puede desembocar en atracones y tener consecuencias más negativas que una dieta saludable y equilibrada posterior a las celebraciones.

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-El verano es una época de mucha exposición, ¿cómo tomar la avalancha de cuerpos esculturales “que sí llegaron a la meta”?

Es normal sentirse influenciado por las imágenes en las redes sociales, pero debemos recordar que muchas de ellas no reflejan la realidad. Adelgazar no necesariamente implica visualizarse de una forma extrema o pretender objetivos inalcanzables y poco sostenibles.

Lo ideal es enfocarnos en una imagen ideal saludable que respete nuestras características individuales. La clave está en cultivar una relación positiva con nuestro cuerpo, visualizando lo que queremos alcanzar sin dejarnos llevar por estándares poco realistas. En lugar de compararnos, celebremos la diversidad y aprendamos a amarnos en cada etapa de la vida.

En la vidriera de las redes es tiempo de figuras esculturales, lo cual no debe afectarnos haciéndonos caer en la obsesión o la decepción respecto a nuestros cuerpos. Más bien, planifiquemos -mucho mejor con la ayuda de un nutricionista- de acuerdo a nuestras necesidades. Cuerpo y mente nos lo agradecerán.

-¿Por qué es bueno prevenir los atracones?

Evitar los atracones es esencial. Al prevenir estos excesos, nos sentimos más en control y menos víctimas de un bombardeo de comidas. Estos episodios suelen ser consecuencia de la restricción previa o del deseo de compensar.

Al darnos permiso para disfrutar de manera consciente, podemos evitar sentirnos abrumados. Se trata de disfrutar cada bocado, celebrar y, al mismo tiempo, cuidar de nuestra salud. Esto no solo protege nuestra salud física, también nuestro equilibrio emocional y bienestar mental.

-¿Cuál es la ventaja de consultar con un/a nutricionista?

Un nutricionista puede ayudar a identificar tus fortalezas y debilidades adaptando un plan a tus necesidades personales. Esto se vuelve aún más importante en esta temporada de fiestas, porque existen muchas dificultades para ceñirse a un plan.

Además, tener apoyo profesional ayuda a fijar objetivos reales y a estar más comprometidos con el logro de los mismos, ya que el profesional y el paciente actúan como en un equipo que persigue un objetivo común; el profesional se convierte en una especie de coach o guía que monitorea, controla y da las pautas para que el paciente se pueda sentir acompañado en el proceso.

-Preparar un menú saludable para compartir en una mesa con comida que no tiene nada que ver con la nuestra, ¿quedará mal?

No solo está bien, sino que puede ser una gran manera de compartir. Es una forma de cuidar tu salud y también inspirar a otros a optar por opciones más saludables. En muchas familias existe la tradición de que cada uno aporta algo a la cena familiar; qué mejor idea que compartir en la celebración platos más saludables o incluso ensaladas para equilibrar las comidas típicas de fin de año.

Lo ideal es compartir una mesa con distintos menúes, así que no tengamos miedo de llevar el nuestro de comida sencilla y saludable. Una ensalada aportará la frescura y el equilibrio necesarios.

-¿Nos pesamos antes y después de las Fiestas?

No es necesario. Las fluctuaciones de peso pueden ser normales en este período, debido a la disminución de la ingesta de líquido, a los excesos de alcohol, sal, azúcar, entre otros, lo cual puede conducir a una mayor retención de líquidos, por ende, al aumento de peso de forma temporal. Es preferible concentrarse en cómo nos sentimos y en nuestras decisiones alimentarias en lugar de obsesionarnos con la balanza.

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Las Fiestas: Cuánto más saludables, más felices

“Las Fiestas son una oportunidad para celebrar la vida, la familia, la comunidad y la gratitud –profundiza la nutricionista Sosky- Disfrutar de la comida es parte de esa celebración, pero hacerlo con conciencia y amor hacia nosotros mismos. Permitámonos ser flexibles y disfrutar sin sacrificios excesivos, recordando que cada elección que hacemos puede ser una oportunidad para nutrir nuestro cuerpo y alma. La alimentación es una parte de nuestra vida, no un dictador ¡Felices Fiestas con alegría y equilibrio!”

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