Si queremos llegar al verano con un peso saludable y unos niveles de grasa óptimos necesitamos planificarlo con tiempo en vez de dejarlo para último momento y seguir un plan nutricional que nos permita alcanzar nuestros objetivos, sin poner en riesgo nuestra salud, aconseja la nutricionista Carmen Escalada.
Para la psicóloga María González, especializada en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, uno de los errores que cometemos en la llamada ‘Operación Bikini’ (OB) es plantearnos unos objetivos poco realistas y tener unas expectativas centradas solo en el resultado y en unas fechas concretas.
Para reducir más el volumen de nuestra grasa, tenemos que efectuar entrenamientos de fuerza destinados a aumentar nuestra masa muscular, combinados con un entrenamiento aeróbico muy ligero y moderado, y no demasiado prolongado, señala Ruben Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad.
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El principal error que comete la mayoría de la gente para adelgazar durante la ‘Operación Bikini’ (OB), consistente en intentar eliminar en pocas semanas los kilos adquiridos durante el invierno y lucir un buen aspecto en la época cálida, “justamente es esperar a estar a las puertas del verano y del bikini para querer bajar de peso”, según la nutricionista clínica Carmen Escalada.
“Para que un proceso de adelgazamiento sea saludable y seguro necesita tiempo, ya que la reducción de materia grasa corporal es lenta y progresiva. Si perdemos peso de manera rápida es porque lo estamos haciendo a costa de perder agua y masa muscular”, asegura esta experta del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, IMEO.
Añade que “cuando tenemos poco tiempo y muchos kilos por bajar a veces recurrimos a las conocidas como ‘dietas milagro’”.
Equivocaciones nutricionales
“Estos recursos de última hora suponen un grave riesgo para la salud física porque restringen en exceso el aporte calórico y/o de ciertos nutrientes provocando desde estreñimiento, cansancio, fatiga, cefaleas o calambres musculares, hasta desórdenes más graves como osteoporosis, arritmias, deshidratación, anemia, gota o insuficiencia hepática o renal”, explica Escalada.
“Por otro lado, la salud mental también se ve en muchos casos afectada por estas ‘dietas milagro’ ya que suelen ocasionar ansiedad, decaimiento, depresión y trastornos del comportamiento alimentario de diferente índole”, señala.
Advierte que además “este tipo de dietas van siempre seguidas de un importante ‘efecto rebote’ (subida de peso) que suele agravar aún más las consecuencias físicas y emocionales”.
En lugar de recurrir a las ‘dietas milagro’ “necesitamos planificar nuestro adelgazamiento con tiempo para poder llevar a cabo una pauta nutricional que nos permita alcanzar nuestros objetivos, sin poner en riesgo nuestra salud”, según esta nutricionista.
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A la hora de organizar nuestra alimentación es importante que nuestra ingesta calórica (calorías que aportan los alimentos que ingerimos) sea menor a nuestro gasto calórico, señala Escalada.
Pero al mismo tiempo esta restricción no debe provocar un déficit en las cantidades que necesitamos diariamente tanto de macronutrientes (hidratos de carbono, grasas, proteínas y agua) como de micronutrientes (vitaminas y minerales), asegura.
Asimismo, “nuestra alimentación debe ajustarse a nuestro ritmo de vida, gustos o preferencias y creencias ya que sólo así se convertirá en un hábito que nos permitirá alcanzar un peso saludable y mantenerlo durante y después del verano”, destaca.
Escalada considera esencial que acudamos a un especialista en nutrición, psicología y/o actividad física, si tenemos alguna dificultad o situación fisiológica o patológica concreta.
Errores psicológicos
Para María González, psicóloga del IMEO. especializada en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad, “normalmente empezamos la OB cerca de la primavera esperando que en tres o cuatro meses nuestro cuerpo experimente un cambio notable”.
“En un lapso tan corto nuestros hábitos y nuestro físico pueden empezar a cambiar, pero es a partir de los seis a nueve meses cuando esos cambios se consolidan y podemos ver objetivamente ese ‘antes y después’ tan deseado”, enfatiza.
González reconoce que empezar a cuidarse siempre es una buena decisión y ayuda a tener un estado de ánimo positivo, “pero debemos recordar que es un proceso, en lugar de marcarnos como objetivo una imagen estereotipada y acotarla a una fecha concreta, ya que esto nos puede generar frustración y sensación de fracaso”.
Esta psicóloga recomienda centrarnos en los hitos que vamos consiguiendo en el día a día de esa OB, y hacernos conscientes de los pequeños cambios diarios que realizamos, como nuestras elecciones de alimentación y el ejercicio diario, que antes no poníamos en práctica.
“Esto hará que lleguemos al verano con un mejor concepto de nosotros mismos (autovalía) y una mayor motivación para continuar con esos cambios, mantener el auto cuidado tras el verano y alcanzar e incluso superar nuestros objetivos”, señala.
Fallos en la actividad física
Cuando “forzamos la máquina”, es decir cuando entrenamos en exceso para la OB, estamos incurriendo en muchos errores que pueden tener consecuencias negativas, señala Rubén Bravo, portavoz del Instituto.
Explica que la primera consecuencia del sobreentrenamiento consiste en aumentar el riesgo de lesionarse. “Si forzamos la musculatura, entrenamos demasiadas horas y días a la semana, realizamos un ejercicio excesivo y no descansamos lo suficiente, es más fácil y probable que nos lesionemos”, advierte.
Por otra parte, “practicar deporte en exceso, no nos ofrece un mejor resultado, sino que a veces ocurre todo lo contrario, ya que al sobre entrenar tendemos a perder masa muscular, y a generar un gasto calórico demasiado elevado”, según Bravo.
Señala que con el sobreentrenamiento físico activamos los sistemas y mecanismos que tiene nuestro cuerpo para ralentizar nuestro metabolismo y activar el ahorro energético.
Esta respuesta orgánica, que es más aguda en las personas con obesidad, se produce porque “a nuestro organismo no le gusta que quememos demasiadas calorías al día y además de una manera excesivamente intensa”, explica Bravo.
Otro error
Otro error que “nos va a pasar factura”, consiste en realizar demasiado ejercicio aeróbico y de una manera muy intensa.
Cuando practicamos una actividad física de estas características, el cuerpo ‘utiliza’ una parte de dicho ejercicio en la pérdida de grasa corporal, pero otra parte se ‘utilizará’ para perder masa muscular, advierte.
“Si nos excedemos con el ejercicio aeróbico, perderemos músculo. Y cuanta menos masa muscular tengamos, menos eficiente será nuestro metabolismo”, indica Bravo.
Por Ricardo Segura para EFE Reportajes