El throning, aunque puede parecer inofensivo a primera vista como una extensión de la identidad digital de los jóvenes, conlleva riesgos significativos para su bienestar emocional y social si no se aborda adecuadamente. Comprender y contrarrestar esta tendencia es crucial para fomentar un entorno más saludable y equilibrado en el mundo digital en el que los jóvenes interactúan a diario.
¿Qué es el throning?
El throning es un término que se refiere a una práctica en redes sociales donde las personas, especialmente los jóvenes, actúan como “reyes” o “reinas” dentro de sus comunidades online. Esto puede implicar una excesiva auto-exposición, la búsqueda de constante admiración y la validación exterior a través de “likes”, comentarios y seguidores.
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El throning tiene algunas características como la autopromoción excesiva: los usuarios realizan un esfuerzo continuo por mostrar una vida idealizada, compartiendo imágenes editadas y aspectos de su vida seleccionados cuidadosamente que proyectan éxito y felicidad.
Otra particularidad es la competencia por atención. Los individuos que participan en throning a menudo compiten por la atención de otros, midiendo su valor personal con base en métricas digitales.
El desdén por la vulnerabilidad también es una característica del throning. Al centrarse en una imagen de perfección constante, se minimiza la expresión de cualquier vulnerabilidad personal o momentos de debilidad.
¿Por qué es “tóxico” el throning?
El throning es considerado tóxico debido a varios efectos negativos que puede tener sobre la salud mental y el bienestar social de los jóvenes. El impacto que podría tener en la salud mental incluye ansiedad y depresión, pues la búsqueda constante de validación puede conducir a altos niveles de estrés, ansiedad y sentimientos de depresión cuando los individuos no alcanzan el nivel deseado de atención o aprobación.
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También la baja autoestima es un impacto negativo del throning. Compararse habitualmente con los demás, basándose en representaciones idealizadas, puede derivar en una baja autoestima y distorsión de la autoimagen.
Este fenómeno enfrente además varios desafíos sociales. La necesidad de mantener una imagen sin fallas puede llevar a relaciones superficiales, donde el individuo se preocupa más por la percepción externa que por conexiones auténticas.
En casos extremos, el “trono” que uno construye puede desplomarse rápidamente debido a errores o percepciones negativas súbitas, alimentando la cultura de cancelación.
Cómo combatir el Throning
Para mitigar los impactos tóxicos del throning, tanto a nivel individual como comunitario, es importante fomentar una cultura de aceptación y autenticidad.
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Una forma es a través de la educación y conciencia. La educación en medios es una vía. Esto puede proporcionar a los jóvenes herramientas para entender el impacto de los medios y las redes sociales en su percepción de sí mismos y del mundo.
Instituciones educativas y comunidades también pueden promover prácticas que apoyen la salud mental y el desarrollo personal.
Además, es necesaria la construcción de conexiones reales. Animar a los jóvenes a ser auténticos y a valorar relaciones profundas y significativas más allá de la aprobación digital es fundamental.
Por último, limitar el tiempo en redes sociales puede ser muy beneficioso. Implementar y respetar tiempos fuera de línea puede ayudar a equilibrar la vida digital con experiencias de la vida real.