Psicología femenina: los miedos más comunes

Los miedos nos acompañarán toda la vida, algunos viejos, otros nuevos, bien como autoprotección o mal como patología. Las mujeres tienen ciertos miedos que se transmiten de generación en generación y así se nutre el inconsciente colectivo. Veamos algunos de esos miedos.

Las mujeres acumulan miedos comunes a lo largo de su vida, pueden ser heredados o adquiridos. El trabajo correcto sobre sí mismas puede aliviar esta emoción, que llevada al extremo, es paralizante y destructiva.
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“En la vida moderna, tanto las mujeres jóvenes como las mayores enfrentan miedos que varían según la etapa de la vida, pero que están entrelazados con las expectativas sociales. Las jóvenes suelen temer no cumplir con los estándares de éxito personal y profesional, mientras que las mayores pueden enfrentar el miedo a la soledad. Ambos grupos sienten una presión constante para encajar en ciertos roles, lo que genera inseguridad en cuanto a su valor personal” empieza diciendo la psicóloga Haruka Saito Martínez.

-La independencia económica y la profesionalización de la mujer actual busca dejar atrás el modelo tradicional de un hombre proveedor 100% para ella y sus hijos. Sin embargo, muchas mujeres con un oficio o profesión, todavía lo consideran válido. ¿Existe hoy un temor a expresarlo abiertamente?

La presión para demostrar independencia puede llevar a algunas mujeres a no expresar abiertamente o a negar sus verdaderos deseos de pareja y estabilidad. Aunque muchas buscan ser autosuficientes, el deseo de seguridad y apoyo en una relación sigue siendo relevante.

-Mencionaba también el miedo a la soledad en las mujeres adultas

Este miedo puede tener raíces en experiencias tempranas de carencia de afecto y atención, pero también está influenciado por cómo la persona se ve a sí misma y sus relaciones en la adultez. No siempre es una carencia de amor en la niñez; puede ser el resultado de no haber desarrollado habilidades emocionales para disfrutar de la propia compañía y construir relaciones sanas.

La soledad de las mujeres adultas es uno de los temores que más afecta a la población femenina.

-Uno de los miedos en el que más coinciden las mujeres actualmente es ser asaltada, secuestrada, abusada sexualmente. ¿Cómo trabajar este punto para no caer en la paranoia o en otro delirio?, ¿las noticias en los medios masivos ayudan o empeoran?

El miedo a ser una víctima de crímenes es un temor profundo y comprensible, especialmente en un mundo donde la violencia se instala cada día más. Este miedo puede afectar seriamente la calidad de vida si no se gestiona adecuadamente. La clave para no caer en la paranoia es mantener un equilibrio entre la precaución y la tranquilidad.

Es esencial estar informadas y tomar medidas de seguridad como evitar zonas peligrosas, estar siempre alerta y confiar en nuestros instintos.

Sin embargo, también es vital no permitir que el miedo controle cada aspecto de nuestra vida. Técnicas de relajación como la meditación, el mindfulness y el ejercicio regular pueden ayudar a reducir la ansiedad.

Además fortalecer la autoestima y mantener relaciones sólidas con personas de confianza puede proporcionar un sentido de seguridad emocional.

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Las noticias y los comentarios sobre crímenes pueden tener un efecto doble. Por un lado, estar informadas es fundamental para tomar decisiones seguras. Por el otro, la exposición constante a noticias negativas puede aumentar el miedo y dar la sensación de que el peligro es constante. Es importante ser selectiva con las fuentes de información, limitar el tiempo que se dedica a consumir noticias y enfocarse en informaciones que también ofrezcan soluciones o estrategias de protección en lugar de solo resaltar el peligro.

Los reportes televisivos de violaciones, acosos, secuestros, violencia en general son el platillo fuerte de los noticieros. ¿Ayudan a la protección y seguridad de la mujer o todo lo contrario?

-Temor a ser juzgadas por la apariencia, el nivel social, la condición física, la edad. ¿Es un problema de autoaceptación o es un problema creado socialmente por el consumismo, por nuevas concepciones sociales?

Este miedo a ser juzgadas es una combinación de factores personales y sociales. Por un lado, cada mujer enfrenta su propia lucha interna con la autoaceptación influenciada por cómo se percibe a sí misma y su deseo de ser aceptada por los demás.

Por otro lado, la sociedad ha establecido estándares de belleza que son casi imposibles de alcanzar, creando una presión constante. Este es un problema que va más allá de la autoestima individual; es un reflejo de cómo valoramos a las mujeres en función de su apariencia. Para superar esto, es importante que las mujeres se centren en lo que realmente importa: su salud, sus logros y su bienestar emocional.

Redefinir la belleza de una manera que sea más inclusiva y realista puede ser un paso importante hacia una mayor aceptación tanto personal como colectivamente.

-Hoy, el miedo a ser consideradas mujeres sin preparación académica terciaria o superior. ¿Cuál es la inteligencia que debería aplicarse ante esta exigencia?

El miedo a que te consideren “tonta” o “ignorante” es común, pero paradójicamente, la obsesión por parecer lo contrario puede llevar a comportamientos inseguros. La inteligencia femenina que debería aplicarse frente a este complejo es la emocional y la práctica.

Es importante reconocer que la auténtica inteligencia no se mide solo por el conocimiento, sino por la capacidad de adaptarse, aprender y enfrentar desafíos con seguridad. La inteligencia emocional juega un papel clave: ayuda a gestionar la inseguridad y a no dejarnos dominar por el miedo al juicio ajeno.

Ser auténticas y genuinas en nuestras capacidades, en lugar de intentar demostrar algo a los demás, esa es la verdadera fortaleza. La inteligencia femenina reside en la autenticidad, en ser genuinas en nuestros conocimientos y capacidades, y en reconocer nuestras áreas de crecimiento sin caer en el perfeccionismo.

Desarrollar la seguridad en nuestra salud física, emocional, espiritual es una de las protecciones más eficaces contra los miedos, tanto para la prevención como para la resolución de conflictos que se presenten.

-El miedo a la desventaja física para defenderse de un agresor y como consecuencia, la anulación y la entrega.

Ese miedo puede surgir de una falta de confianza en las propias capacidades. Las políticas feministas han avanzado en la denuncia, pero la verdadera defensa comienza con el desarrollo de la confianza en uno mismo desde el principio. Es esencial que las mujeres establezcan límites claros y mantengan una conducta íntegra y honesta. Esto no sólo las protege sino que otorga un sentido de autonomía y seguridad en sus relaciones.

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-Hablar de la mujer como “la loca” también es algo instalado tradicionalmente. Recordemos que en el siglo XIX la histeria era atribuida solo a las mujeres. Extravagantemente, hoy día muchas dicen disfrutar de ser consideradas si no locas, alocadas (Shakira, Celeste Carballo, Gloria Trevi, Thalía entre otras artistas cantan autorreferenciándose con esa condición psíquica)

Es algo confuso el tema de la salud mental y emocional. ¿Cómo medir nuestras emociones y reacciones siendo mujeres para sentirnos autoprotegidas?

El estigma de la histeria o el desequilibrio emocional en mujeres es un cliché dañino, sin embargo, algunas pueden sentir que este estereotipo les otorga cierta fuerza o protección.

La clave para medir nuestras emociones y reacciones está en el autoconocimiento y la autoreflexiòn.

Ser consciente de nuestras emociones y reacciones y aprender a manejarlas de manera saludable es la mejor forma de proteger nuestra salud mental.

-¿La atención profesional terapéutica debe tomarse aún para lo que parezca ser un simple temor?, ¿cuáles son las formas de autoayuda que podemos aplicar?

Sí, la atención terapéutica puede ser útil incluso para lo que parece un simple temor. Muchas veces lo que comienza como una preocupación menor puede crecer si no se aborda. La terapia ofrece herramientas para manejar estos miedos antes de que se conviertan en problemas mayores. Además, las formas de autoayuda como la meditación, la lectura de libros de desarrollo personal y el apoyo de amigos y familiares también son valiosas para fortalecer la resiliencia emocional.

Miedo a ser mamá

Aunque ser mamá sigue siendo el gran sueño de la mayoría de las mujeres, otras priorizan sus carreras, su soltería, su libertad individual. El deseo emerge tarde o temprano en alguna etapa de la vida joven o más adulta y entonces llega el momento de decidir.

“El miedo a la maternidad y al fracaso matrimonial es común, pero está influenciado por la presión social y las expectativas familiares. En nuestra cultura, las mujeres también temen no cumplir con los roles que se les asignan. Es importante recordar que cada camino es personal y que no existe un modelo único para la felicidad y el éxito en estos aspectos de la vida”, señala la psicóloga.

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De los miedos a la fortaleza

“En general los miedos e inseguridades de las mujeres tienen raíces tanto personales como sociales. Lo importante es reconocer esos miedos, entender su origen y encontrar maneras de gestionarlos para que nos permitan vivir con más libertad y confianza.

La inteligencia femenina radica no solo en la capacidad de enfrentar estos miedos, sino en la habilidad de transformar lo que nos asusta en una fuente de fortaleza y crecimiento personal. Al final del día es esa confianza en nosotras mismas, en nuestra intuición y en nuestra capacidad de adaptarnos y superar lo que nos permite vivir de manera plena y auténtica” , finaliza la psicóloga Haruka Saito

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