“Es cuestión de tomarse unos diez minutos al día cada día. Lo ideal es recostarte boca arriba, preferentemente en el piso, sobre una manta o mat, vas a dejar caer los pies hacia los costados, brazos extendidos paralelos al tronco, las manos quedarán mirando hacia el techo, vas a cerrar los ojos y realizar tres respiraciones profundas tomando conciencia del aire ingresando y saliendo de tu cuerpo”, manifiesta Marcia Videla Ayala, instructora de hatha yoga, yoga terapéutico y yoga para infancias.
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“Luego vas a comenzar a visualizar una a una todas las partes de tu cuerpo y a medida que visualizas vas a dejar que esa zona se relaje un poco más, hasta completar todo el cuerpo y disfrutando de este estado te vas a mantener despierto, sin dormirte, hasta completar los diez minutos. Puedes ayudarte de un cronómetro para medir el tiempo. Esta práctica que comienza en la relajación del cuerpo físico es una excelente preparación para la meditación”, afirma la instructora Marcia Videla.
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