Al estar en este estado (estado de estrés), las glándulas suprarrenales liberan “cortisol” ésta hormona en pequeñas dosis ayuda a controlar los niveles de azúcar, presión arterial, regula el metabolismo, aumenta la memoria, refuerza el sistema inmune, disminuye la inflamación, entre otras cosas.
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Pero cuando estamos en constante estrés, el cuerpo realiza una SOBREPRODUCCION DE CORTISOL, lo cual provoca todo lo contrario, debilitamiento en el sistema inmune, perdida de memoria, insomnio, sistema digestivo que no puede digerir o absorber bien los alimentos.
La licenciada en nutrición Betharram Scarone menciona que los altos niveles de cortisol en sangre y dentro de las células ocasiona acumulación de grasa (sobre todo en el área abdominal) y retención de líquidos. También hay un aumento de insulina que va acompañado de un incremento en el apetito.
El cortisol elevado hace que el cuerpo produzca menos testosterna, lo que lleva a una disminución de masa muscular y por lo tanto disminuye la velocidad en la que nuestros tejidos se reparan, retrasando la recuperación muscular. “Es por eso que es tan importante tener una buena alimentación acompañada de paz mental. El tratamiento nutricional va de la mano con la estabilidad emocional” afirma.
Señales de que el estrés te domina
- No encontras energía o motivación para hacer las cosas que te gustan.
- Se te cae mucho el cabello y/o sufrís de acné hormonal.
- Te cuesta dormir bien y/o quedarte dormida.
- Sufrís de náuseas, dolores de cabeza o de cuello constantemente.
- Creés que tenés poco control sobre tu vida.